C18 Capítulo 18
Al día siguiente, me balanceaba en el sofá de la biblioteca, meciendo las piernas al aire porque estaba solo en casa; el diablo había salido a trabajar.
Su ausencia era como un alto en el caos, una libertad fugaz para mí.
Tras leer un rato, me recliné y cerré los ojos, recordando cómo me consoló después de la pesadilla y, más tarde, cómo me intimidó por ella.
Simplemente no lo entiendo