C7 Dolor y placer
Daciana reposaba serenamente en la cama, con sus hermosos párpados cerrados.
Al entrar en su habitación, Dolphus se detuvo en seco, cautivado por la escena que tenía ante sí, una que no se debía interrumpir con un despertar brusco.
Incluso en el sueño, lucía hermosa; sus largas pestañas ocultaban gran parte de su rostro superior