C37 Secuestrado
Un ataque de tos me abandonó mientras cambiaba las sábanas llenas de polvo de la cama de cuatro postes. El viejo suelo de madera bajo mis pies crujía mientras me movía por la oscura habitación. El aire viciado del ambiente apuntaba a los años de soledad.
Después de todo, ni un alma ha visitado esta casa tras su muerte.
Cuando terminé de limpiar la habitación