C12 CAPÍTULO 12.
Las calles ya empezaban a parecerme demasiado largas, el hambre comenzaba a convertirse en una fatiga imposible de soportar y el frio penetraba mis poros, haciéndome tiritar y abrazar mi cuerpo para sentir un poco de alivio. Me detuve frente a un callejón solitario y el miedo se apoderó de mi cuerpo al escuchar algunos ruidos extraños, como si alguien tosiera