C23 CAPÍTULO 23.
El tiempo se detuvo ante mis ojos y cada segundo parecía arrastrarme consigo hacia el mundo del olvido, mi corazón empezó a rugir con fuerza y mi cuerpo se vio afectado por un tsunami de debilidad y decepción.
—¿Decían algo sobre mi prometido? —agregó sarcásticamente y entrecerró sus ojos un poco—. Creo que definitivamente, ustedes sobran en esta sala