C43 CAPÍTULO 43.
Me quedé inmóvil y mi respiración se entrecortó, sentí un leve mareo y un dolor de cabeza empezó a formarse en mis sienes; mi mente y mis oídos no podían dar crédito a lo que estaba pasando. El sentimiento de rabia me estaba matando en vida y el dolor de mi pecho me empezaba a traspasar la piel. Pero lo peor de todo era que... ¡Mell lo sabía!
—Pero yo soy hombre..