C47 CAPÍTULO 47.
Me moví en la cama y mi rostro fue iluminado con los rayos del sol que se filtraban a través de la tela de las cortinas. Gruñí un poco y volví a girarme, estaba demasiado agotada, mi noche había estado repleta de continuas pesadillas y un malestar intenso me había atacado a media madrugada. Parecía imposible que tan rápido hubiera amanecido, casi no había descansado nada; pero