C52 CAPÍTULO 52.
La lluvia comenzó a intensificarse y el sonido abrumador que provocaba, también me atemorizaba, pero lo peor llegó cuando mi jefe miró por la ventana y tras unos segundos intentando tranquilizarse, rompió en llanto al igual que las nubes.
Sus sollozos se acrecentaban y el dolor con el que los producía solo me hacían querer abrazarlo, pero necesitaba saber qué sucedía