C84 CAPÍTULO 84.
El sonido de las olas se coló por la ventana abierta, los rayos de un tenue sol iluminaban mi rostro, pero al abrir los ojos, el panorama fue mucho más hermoso. Estaba frente a la imagen de un increíble amanecer y el mar agitando sus aguas con sosiego mientras el sol empezaba a adueñarse del cielo rosáceo, contrastando cada vez más su intensidad con las nubes