C14 ¿Por qué a mí? (4)

PARTE 2 de 3 (2)

—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —le interrogó Diana completamente ruborizada al abrir los ojos y percatarse de la presencia de Mike en el salón.

— No... mucho. —Aunque fuera una completa mentira—. Yo...no quería molestarte.

— No esperaba visitas. —Después de cinco minutos, con dos vasos de agua en mano, le comunicó la joven acercándose a Mike que permanecía sentado en la mesa.

— Solo venía a dejarte los deberes y las fotocopias que han dado en las últimas horas de clase. —Le informó él sacando con torpeza las hojas de la mochila.

— Me los suele traer Emily o Anna.

— Emily tenía una cita con su padre y Anna clases de refuerzo. Al vivir cerca, Emily me ha pedido el favor.

— Muchas gracias. Es curioso, a parte de ellas y Andrés, ningún compañero conoce mi casa.

Mike por unos segundos se preguntó cómo era posible que Andrés conociera dónde vivía Diana, pero, rápidamente llegó a la conclusión de que el tiempo que estuvo saliendo con Emily tuvo que ser el motivo por el cual lo debía saber.

—¿Estás bien? —le preguntó preocupado Mike bebiendo del vaso de agua.

— Sí ¿por?

— Como has faltado las últimas horas...

— Ahhh, eso. Él que te ha abierto la puerta es mi hermano pequeño Zedd. Vivimos con mi madre en este apartamento destartalado. Mi madre, a pesar de tener una constitución débil, trabaja día y noche para poder pagar nuestros estudios. Así que, si pasa algo, yo me ocupo de mi hermano hasta que mi madre llega de trabajar.

— Ya veo. —Respondió Mike sin saber que más decir

Un profundo e incómodo silencio se produjo entre los dos. Él bebiendo del vaso patosamente y ella dirigiendo la vista a todos los lugares posible a excepción del chico que estaba delante de ella.

— Yo...—mencionaron los dos al unísono.

— Habla. —Dijo Diana inquieta sobre su silla.

— No, tú primero.

— Esta mañana no pude... pero quería decirte que no le voy a contar nada a Emily de que eres un chico.

— Diana yo... —con cierta dificultad continuó la conversación Mike, sin saber exactamente por dónde empezar—.no quiero que me veas mal.

—¡Para nada! —le interrumpió—. Al contrario, no sé por qué le ocultáis a Emily que eres un chico... aunque ahora que lo pienso es mejor que no lo sepa. No entendería el motivo por el que Andrés después de salir con ella se hubiera vuelto gay.

— Ya...bueno...

— Mike...—pronunció su nombre después de otro largo silencio—. eres la persona que saca las mejores notas de clase. Sé que es muy precipitado pedirte esto, ya que hemos hablado pocas veces, pero por ese mismo motivo me gustaría pedirte ¿si me puedes dar clases de algebra y dibujo? Soy muy mala en esas asignaturas y no quiero que me bajen la media. Me gustaría acudir a clases de refuerzo, sin embargo, no puedo costearme tales precios, además no deseo darle a mi madre más cargas de las que ya tiene.

— Claro que me gustaría ayudarte. Si quieres puedo pasarme todas las tardes.

— Tampoco quiero ser una molestia, menos todas las tardes.

— Para nada. A parte de las clases de judo y alguna que otra clase de refuerzo, tengo bastante tiempo libre.

— Muchas gracias. —Le agradeció Diana con una radiante sonrisa que hizo que, el corazón de Mike; literalmente, se saltara un latido.

Cuando un pequeño renacuajo comenzó a revolotear por el salón, sujetando un objeto y ondeándolo como si fuera la bandera de la victoria.

— ¡Lo he encontrado! ¡Hermana, he encontrado el collar!

—¡Gracias, Zedd! Si lo llego a perder, no sé qué hubiera hecho. —Acarició la cara de su hermano, Diana, con amor.

De esa cadena, que sujetaba Diana y que miraba con extrema complacencia, colgaba un adorno con forma de una lágrima curva de color celeste, parecía un tocado que complementaba a otro o que le faltaba una parte, pero era realmente bonito. Sin embargo, Mike no sabía el por qué ese ornamento le era tan familiar, como si lo hubiera visto en otro lugar que era incapaz de recordar.