C4 Capítulo III
Reino de Anskar
Palacio
Salón del Trono:
—Es un honor princesa, bienvenida al reino de Anskar. Se que no estamos en las mejores relaciones pero espero que al menos sea tolerable su estadía aquí—Amarü sonrió elevó sutil los labios con ligera incomodidad, la extrema y forzada amabilidad de Bastian era incómoda a niveles elevados, Amarü sabía que cordiales no eran las relaciones, de hecho si no fuera por la guerra, Anskar y Aritz nunca hubieran reanudado relaciones, así el intento casi dramático de una forzada bienvenida dejaba mucho que desear.
—Eso espero, mí rey—aceptó y elevó una ceja sin dejar de lado su afable expresión—Sin embargo el hecho de no hacer presencia en el puerto, y enviar a un miembro de la servidumbre, no es un inicio de prosperidad—el rostro de Bastian sostuvo por segundos una rigidez insana para sí—No obstante, y al ser esto solo un cometido hacia la paz, lo dejaré pasar siempre y cuando, no tenga el desfortunio de repetirse.
—Claro que no—contestó rápidamente el rey con ligero temblor, Amau no supo identificar si era ira u otra cosa, el séquito de la princesa quien miraba todo con intenso escrutinio sonrió para sus adentros—Puede estar segura de eso, mi señora.
—Solo Amarü por favor, pronto seremos familia—Bastian la observó sin saber realmente qué sería lo correcto de hacer en este caso, Amarü sabía que el rey posiblemente se estaba controlando para no acusarla de hereje y mandar a ahorcar, en Anskar rebatir a un hombre era un delito, practicamente una sublevación en contra de la sagrada religión, y si este resultaba ser el rey, bueno, morir por arma propia y no ajena era un acto digno, sin embargo este solo se giró hacia donde se encontraban los demás miembros de la familia y apretó los labios dejando ver segundos después una sonrisa.
—Ya aclarado el malentendido, ¿Por qué no hacer las presentaciones?—Amarü asintió—Mi esposa, la reina, Natalia Zlata—señaló a la mujer quien solo movió sutilmente la cabeza en saludo, Amarü le miró e inclinó la cabeza en saludo—Mi hijo menor, Brian-el joven hizo una reverencia y dio una gran sonrisa, Amarü le hizo una reverencia corta pero afable por igual—Y por último, Nicholas, hijo acércate—el aludido se acercó a pasos lentos, era alto, de piel blanca, labios rosados y ojos grises, Amarü pese a todo tuvo que reconocer que era agradable a la vista, un hermoso espécimen de hombre—Él es quien se unirá a usted en matrimonio, princesa Amarü.
—Es un honor, princesa—saludó Nicholas con una reverencia, tomando la delgada y morena mano dejando un sutil beso en esta, Amarü observó la acción sin mostrar emoción alguna, prestando especial atención a los claros orbes.
—El placer es mío, príncipe—correspondió sin apartar la mirada, Nicholas mantenía la expresión algo cerrada e incluso tosca, algo que a la morena realmente no le importaba mucho, no es como si fuera a sentirse intimidada por algo tan banal.
—Espero tener el placer de hacer para usted Anskar una segunda patria, my lady—el afable tono nunca abandonó a Nicholas, de hecho parecía lo suficiente afable, aún así Amarü solo asintió y con delicadeza retiró la mano de la del príncipe.
—Claro, no espero menos de usted.
—Bueno, ya que las presentaciones están hechas, ¿por qué no va a instalarse?, debe estar cansada con tan arduo viaje—propuso el rey sonriente, Amarü lo observó con cautela, apartando la mano de Nicholas, el rey estaba haciendo un esfuerzo enorme por un trato agradable, o eso pensaba Amarü, porque el hombre tenía fama y la que más lo asediaba era la de tirano y, miró por encima de su hombro viendo a la reina callada en su trono, y la de un mal esposo, claro está que si bien a la princesa le molestaba en cierto sentido por la crianza recibida, no era algo que pudiera cambiar.
—Lo agradecería mucho—contestó educadamente—Ha sido un viaje largo desde Aritz—Bastian asintió.
—Ezra la llevará a usted y todo su séquito a sus nuevos aposentos.
—Gracias.
Tanto Amarü como su séquito hizo una ligera reverencia, la princesa miró a cada uno de los Zlata y dio media vuelta siguiendo a un rígido Ezra que parecía correr, la morena sonrió ligeramente con diversión, nunca había sido amante de la intimidación, pero estaba en tierras ajenas, y si bien la opinión no era muy favorecedora a su gente, mantendría lejos a muchos y le ahorraría compañias no deseadas, ya tenía suficiente con que lidiar, de hecho a cada minuto que pasaba estaba más segura de había algo realmente mal en todo lo que envolvía esa unión, de hecho el rostro estoico de la reina, la mirada curiosa del hijo menor, la excesiva y fingida amabilidad del rey, perfectamente reconocible cabe decir, y la resignada mirada de Nicholas, no le gustaban, desde la perspectiva de Amarü, eran ingredientes para crear un completo desastre.
.........
Bastian se masajeo las sienes con fuerza mientras suspiraba y se sentaba en el trono, parecía cansado y como no estarlo, toda la situación en si le provocaría un infarto a lo mucho, se sentía lo suficiente viejo ya para estar lidiando con tales cosas, a su lado Nicholas parecía furioso incluso colérico, mientras Brian intentaba calmarlo y Natalia, miró a la mujer tan pálida e impávida como siempre, chasqueó la lengua con disgusto y recordó que todo esto lo hacían por la maldita necesidad de una alianza, que solo tenía que esperar, que era necesario, que al final obtendría recompensa.
—¿Has visto como nos ha mirado?—preguntó Nicholas en voz alta y claramente enojado—Todo en ella es pura hipocresía, solo hay que estudiar sus movimientos y te das cuenta, esa mujer solo traerá problemas a la corona.
—Igual la necesitamos, sin ella no habría tratado con Aritz—recordó Bastian con cansancio, casi con pesar, Nicholas le dirigió una mirada a su progenitor que hizo a este alzar una ceja en clara interrogante, el menor de hijos grises suspiró.
—¿Por qué ella?—Bastian rodó los ojos.
—Nicholas, por favor, te he explicado mil veces que no teníamos opción.
—Hay cientos de reinos, miles de monarcas—gritó bajo—No puedes darme una excusa tan pobre, padre.
—Nicholas—llamó Natalia con voz baja, ligeramente peligrosa a oídos de Nicholas, Brian solo observaba el intercambio en silencio-Detente, es tu padre con quien hablas, no lo olvides-Bastian miró a su mujer y después a Nicholas este observaba a su madre con ligera y contenida fiereza, no obstante prefirió solo asentir y dirigirse a Bastian inclinando la cabeza en respeto.
—Lo siento padre, es solo que no logro entender, han sido años de enemistad.
—Lo sé, lo sé muy bien, mi hermano es prueba de ello—habló y Nicholas le creyó triste—Pero Aritz es fuerte, podrá ayudarnos, nosotros solos no podríamos contra Farid y muy pocos países se meterían en una guerra que no les corresponde, Aritz fue amenazado al igual que nosotros, y dado que decidimos no apoyar en la destrucción del otro, nos vimos envuelto en esta guerra, así que paciencia, tenemos mucho que perder.
Nicholas respiró hondo y luego de unos instantes asintió.
—Bien—aceptó—Sin embargo padre, no seré indulgente—aclaró—Sé que la princesa está criada de una forma completamente diferente a la nuestra, aún así, una vez nos casemos tendrá que tomar las costumbres de Anskar.
—¿Crees que eso es posible?-preguntó Brian—Viene de una estirpe de salvajes,
—No lo sé—Nicholas miró a su padre—Pero es un hecho que no lo aceptaré de otra forma.
Bastian sonrió con un brillo en los grises y viejos orbes que no parecían humanos.
—No espero menos de mi heredero.