C1 Prólogo

*Primer libro de la serie 'La Compañera del Alfa' - Obra Autoconclusiva*

Observé cómo arrojaban la primera palada de tierra sobre el ataúd que aprisionaba a mi amor.

'No llores. No llores. No llores.' El mantra interminable en mi mente no cesaba.

No ayudaba a contener las lágrimas que me quemaban los ojos, desmintiendo cada palabra que me había repetido desde que comenzó este día atroz.

Tampoco ayudaba que mi lobo no hubiera parado de gemir desde que llegué, habiendo estado inactivo durante días desde la muerte de Ella.

No puedo culparlo por sufrir. Él sintió el lazo de compañeros más intensamente que yo, pero lo necesité estas últimas dos semanas. Ha sido mi única fortaleza.

Una mano en mi hombro me devolvió al presente, y al girarme vi a mi hermana menor mirándome con ojos cargados de tristeza.

"No llores, Luka. Pronto todo estará bien, te lo prometo."

'Ojalá pudiera creer esas palabras', pensé, pero aun así le ofrecí una sonrisa forzada.

Continué observando, perdido en los recuerdos de los momentos vividos con Ella. Nos conocimos hace apenas tres años, en mi decimoctavo cumpleaños, cuando acompañé a mi padre a una reunión de alfas donde oficialmente asumiría el liderazgo de la manada.

Fue entonces cuando la vi. Su belleza me cautivó incluso antes de saber que éramos compañeros.

Pasé el resto de la noche robándole miradas hasta que reuní el valor para acercarme. Aún recuerdo su aroma. Era embriagador, y su sonrisa, al verme, me conquistó por completo. En ese momento supe que estaba perdido.

"Luka." Una voz demasiado familiar me sacó de mis ensoñaciones.

Me percaté de que todos se habían marchado. Solo quedábamos Caleb, yo y Ella—mi amor—, ahora completamente cubierta y sellada en el solitario cementerio de la manada.

No hice ningún gesto para irme; solo quería disfrutar de su presencia un poco más antes de despedirme.

"Venga, hombre, debes estar agotado", murmuró Caleb mientras se acercaba a mí con pasos inseguros. Tengo que reconocer que estoy muy agradecido por su apoyo en estas últimas semanas.

De niños nunca fuimos cercanos. De hecho, nos detestábamos. Era raro para dos chicos que estaban destinados a trabajar juntos como Alfa y Beta.

Cuando asumí el rol de Alfa, él se convirtió en mi Beta, y eso nos obligó a entendernos. Con el tiempo, aprendimos a tolerarnos y terminamos siendo algo así como amigos. Pero cuando Ella falleció hace dos semanas, él estuvo ahí para mí más que nadie.

Al principio creí que era simplemente porque era mi Beta y que nadie más tenía el valor de acercarse cuando estaba irritable y de mal humor, pero luego comprendí que él realmente quería estar ahí por amistad. Desde entonces, nuestra relación se ha fortalecido.

Me miró con tristeza cuando finalmente me giré hacia él. Después de ofrecerle una sonrisa forzada, comencé a caminar despacio hacia la salida.

Sentía el peso del mundo sobre mi pecho. No tenía fuerzas para moverme o hablar mientras me sentaba en el coche. Caleb se sentó a mi lado poco después, y compartimos un silencio cómodo.

"Oye, ¿estás bien, amigo?" preguntó mientras conducía. Suspiré, mirando fijamente por la ventana.

"No. Pero lo estaré", contesté, sabiendo que él era el único que no insistiría, lo que me permitía ser honesto con él. "Solo necesito algo de tiempo". Él asintió comprendiendo, pero no añadió nada más.

"Ese 'algo de tiempo' podrían ser dos meses, diez años o quizás nunca. Pero tengo que seguir viviendo sin ella. Quizá pueda hacerlo, o quizá no.

"Superarás esto", dijo él, pero yo solo murmuré en respuesta, consciente de que eventualmente lo haría, pero que nunca volvería a ser el mismo.

Y lo más importante, nunca volveré a enamorarme. Lo prometo.

Serie Compañera del Alfa:

Libro 1: Luka, el Alfa, y su Compañera Humana

Libro 2: Ace, el Alfa, y su Compañera Encubierta

Libro 3: Niall, el Alfa, y su Compañera Perdida