C3 Iré a la base

“¿Quién conoce a un hombre por primera vez y se casa con él en menos de una hora? Soy yo, Katherine.” Katherine pensó para sí misma mientras estaba de pie frente al gran espejo de su habitación.

Ella era cirujana general, una de las de más alto rango en el ejército, por lo que estaba tan segura de que su nuevo esposo no podía intimidarla. Pero con respecto a la madre de su nuevo esposo, Katherine quería saber el destino de esa anciana en la prisión, así que salió y le dijo a su conductor, que también era oficial, que la llevara a la Prisión Central de Western Ocean City. Allí fue donde cumplió su condena con la anciana.

Le permitieron entrar por su estado, cuando entró preguntó por su antigua compañera de celda, pero los funcionarios de la prisión le dijeron que ya no sabían el paradero de la mujer. Confirmaron que no fue ni ejecutada ni liberada. Sin embargo, misteriosamente, no tenían idea de cómo la mujer ya no estaba en prisión.

Katherine se confundió. ¿Alguien sacó a escondidas a la mujer de la prisión? Diferentes pensamientos llenaron su corazón mientras salía.

Después de regresar a su base, se vistió como una civil y salió de la base. Hace siete años, había pensado que todos sus documentos estaban dentro de su equipaje, pero resulta que Richard, su ex marido, no puso allí lo más importante para ella, sus documentos.

Así que planeó regresar y recuperar sus documentos algún día y ese día es hoy. Katherine se detuvo frente a la mansión de Caldwell y salió.

Este lugar... Le dolía un poco el corazón al recordar el pasado. Aquí fue donde fue destruida. Pero ahora, ha logrado y alcanzado un estatus con el que muchas personas solo pueden soñar.

Katherine caminó majestuosamente hacia la puerta que conduce a la sala de estar, pero cuando estaba a punto de presionar el timbre, escuchó una voz fuerte que hablaba:

—¿Qué es lo que te asusta de los militares? ¿Hasta cuándo seguirás actuando como un cobarde? Tu padre se está muriendo y todos los esfuerzos del médico para tratarlo han sido inútiles, pero ¿no quieres entrar en la base militar para buscar la ayuda del nuevo Cirujano General? ¿Eres consciente de la capacidad de curación de esa mujer? Deja tu cobarde actitud, Richard y ve allí y busca la ayuda de la general Juanita.

Katherine estaba atónita, ¡oh! ¿Esta familia que me persiguió hace años necesita mi ayuda ahora? ¡Guau! Cómo funciona la vida.

Katherine finalmente presionó el timbre y unos minutos más tarde, la puerta se abrió. La abrió el mayordomo de la casa. Estaba muy sorprendido al ver a Katherine que se quedó quieto por un rato.

Katheine estaba vestida con un vestido rosa y tacones altos. Nadie habría sabido que ella es una general en el ejército.

—Andrés, ¿quién está ahí? — Sharon gritó cuando vio cómo el mayordomo se detenía junto a la puerta. El nombre del mayordomo es Andrés.

Andrés se volvió y antes de que pudiera responderle a Sharon, Katherine ya había entrado. Su rostro estaba tranquilo pero audaz.

Tanto Richard como Sharon estaban conmocionados. ¿Katherine? Hacía siete años que había desaparecido misteriosamente. Su pensamiento era que probablemente se había convertido en una mendiga en alguna parte. Se sorprendieron al ver su vestido de esta manera. Se veía impresionante y costosa.

—No te sorprendas de verme — sonrió Katherine y le dijo a Richard — Solo estoy aquí para recuperar mis documentos. Entra y tráeme mis documentos y déjame irme rápido.

Richard y Sharon, que estaban sentados en los sofás de la sala de estar, intercambiaron una mirada de sorpresa, Sharon luego dijo:

—¡Tú! — La señaló con enojo — ¿cómo te atreves a entrar aquí? Lo que es peor, ni siquiera pudiste saludar y apestas tanto a orgullo.

Katherine sonrió aún más, la ignoró y le dijo a Richard:

—Entra y tráeme mis documentos. Su voz era más dura de lo que ya era.

Ronald cruzó las piernas y dijo:

—¿No debería preguntar por qué no agregué sus documentos a su equipaje hace años? Es porque nunca los necesitará. Olvídese de sus documentos y váyase de aquí.

Katherine habría llamado de inmediato a la base militar y traería a cientos de soldados aquí para golpear a estas personas y obligarlas a sacar sus pertenencias, pero decidió no hacerlo. Fue porque sabía que necesitarían su ayuda. Ella había escuchado a Sharon decir que el padre de Richard está enfermo y que todos los médicos en la tierra hicieron todo lo posible pero no pudieron curarlo, resulta que su única opción es el cirujano general, que es ella.

—Si no entras allí y me traes mis documentos, sufrirás. — Katherine amenazó.

—¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? — Ronald habló enojado — Le diré a los guardias que te echen si te niegas a irte ahora.

Katherine tarareó y sonrió, luego se dio la vuelta y se alejó. Ella los estará esperando en la base militar, le dará a Ronald una dolorosa lección que nunca olvidará.

Una vez que se alejó, Sharon habló con enojo:

—No debiste dejar que se fuera así. Deberíamos haberla castigado por faltarnos el respeto. ¿Quién se creía que era?

—Iré a la base militar mañana y hablaré con el cirujano general sobre mi padre — Richard ignoró la diatriba de su madre, se puso de pie y entró en su habitación.