C11 ¿Soy adoptada?

¿Soy adoptada?

—No lo sé —añade Katherine.

—Tomate tu tiempo de pensar, me avisas cualquier cosa —le dice Alonzo.

—No te vendría mal intentarlo, no puedes cerrarte a ti misma, no estaría mal que lo intentes es tu decisión —añade Milena.

—Lo sé, lo tomare en cuenta —añade pensativa.

—Bien seguiré trabajando puedes quedarte con la señorita Milena y descansar un poco —añade Alonzo

—Descansa no te vendría mal —le dice Milena.

—Está bien —añade Katherine.

Ya han Pasado dos horas y finalmente después de haberse relajado se ocupa del trabajo.

Horas después cae la noche por fin un poco de tranquilidad ya que no hay tormentas, pero si se logra colar el frio, apenas son las seis de la noche el padre y Katherine se meten a su carro y se van directo a su casa.

En el caso de Brenda nada esta bien junto con Arturo, las cosas no pintan de la mejor forma ni porque están cenando en su casa lujosa.

Casa de Brenda.

Arturo no lograba dejar de pensar en Katherine lo hermosa que se veía con ese vestido, todo para él es un sueño, están todos aun cenado, y Arturo estaba perdido en sus pensamientos.

—Amor pásame la salsa por favor —añade Brenda.

—¿Qué? —Pregunta Arturo bajando de la nube.

—¡Que me pases la salsa Arturo acaso no tienes oídos para escuchar estoy realmente molesta contigo, no puedo creer que ni para eso sirvas! —le exclama molesta.

—Lo siento me quede pensando —dice Arturo mientras le pasa la salsa a Brenda.

La voz de la madre de Brenda interviene.

—Hija no puedes torturar a Arturo de esa forma —le dice la madre.

—No lo estoy torturando, solo que últimamente anda en la luna y cae mal, porque no me está poniendo atención, ya no me compra ramo de flores, no se por que es asi conmigo, yo le doy todo, y aparte este pollo esta feo, no puedes llamar a la sirvienta para que haga mas salsa para ver si de esa forma me puedo comer el pollo, igual le quedo feo —dice Brenda molesta.

—Hija más educación donde quedaron tus modales más respeto para la empleada por favor.

—Si estuviera mi padre todo fuera tan normal —añade Brenda.

—Hija calmante que estamos en la mesa —añade la madre.

—No me quiero calmar le llamare me debe una laptop prometió que me lo compraría —agrega.

—Hija por una laptop no se acaba el mundo —le dice

—Para mí es importante tenerla y llama a la sirvienta necesito mi salsa —se exalta.

—iré avisarle que necesitamos salsa, gritando y pataleando no logras anda Brenda —le dice su madre retirándose para la cocina.

—No puedo creer Brenda que seas tan cruel no puedes decirle la empleada, no que tienes que usar otro termino grotesco —añade Arturo.

—Llamare a mi padre Arturo y espero me responda —dice Brenda.

—Si es que responde tus llamadas que creo que eso te amarga —confirma.

—Silencio no arruines mi vida con eso —añade molesta frunciendo el ceño.

Brenda llamo a su padre diez veces y el seguía sin atender su llamada asi que ella le dejo un buzón de voz que decía lo siguiente.

Hola, padre soy tu hija, y me prometiste una laptop me pregunto cuando me la comprarías y me la trajeron a casa, te quiero padre espero saber mas de ti en un futuro o en unos días.

Brenda pone su celular en la mesa no teniendo éxito en su llamada.

—No te respondió —dice Arturo.

—¡No y ya no quiero hablar de eso! —Exclama Brenda triste.

—Lo lamento —añade Arturo.

—¿Lamentas que cosa? —Pregunta Brenda.

—Que tu padre no te haya respondido todas tus llamadas y lo de tu laptop —le responde Arturo.

—Hay Arturo mi padre es un hombre ocupado por eso no me ha respondido —le dice Brenda.

—Ni siquiera regresa tus llamadas —le responde.

—Tu no sabes anda deja de hablar Arturo, a veces no te soporto eres una bestia —le dice Brenda.

—Tu dices cosas sin sentido —le dice Arturo.

—Tu no sabes que es sentirse ignorada, tu nunca viste eso asi que no hables respecto a lo que siento lo tienes prohibido —recalca.

—Solo intento ayudar, pero tú eres la que a veces me saca de mis cabales, no confías en mí, y de todo te agarras aparte de que tus celos son el pan de cada dia

—Añade Alonzo.

—No soy celosa, si te digo que no te unas con otras chicas son porque eres mío, no de nadie más, y no pienso compartirte, yo te amo, eres especial en mi vida, aunque sea gruñona —añade Brenda.

La voz de la madre interviene.

—Ya esta la salsa caliente y esta lista, puedes agregárselo al pollo con ensalada hija, la cocinera que tenemos es excelente, no entiendo porque no te lo comes hija, y bueno todo estará bien, tu padre no sé cuándo llamará, espero que pronto, pero recuerda que te queremos hija, aunque no te lo digamos a cada rato —añade la madre de Brenda.

—Solo me dices una vez al año, y no me sirve que me digas eso, ¿realmente que soy para ti madre, quien soy? —Pregunta con voz triste.

—No se a que te refieres hija, eres Brenda la reina de la pista, y la que obtiene lo que quiere —le dice la madre.

—No madre se nota que no sabes diferenciar nada madre, no es eso que te pregunte, no entiendes ni la pregunta —añade Brenda con voz triste y desanimada ante la respuesta de su madre.

—No entiendo nada hija, no es para que te pongas asi Por el amor de dios —añade la madre de Brenda.

—Nunca te importe verdad, solo me ves como un estorbo más —añade Brenda.

—Hija no digas eso por favor no eres un estorbo —Añade la madre de Brenda.

—Tu no sabes ni la mitad ni el cuarto de lo que yo siento y de lo que sufro por dentro por que papá y tu no me quieren, eso siento yo, y mi novio que debería apoyarme tampoco me quiere, mejor se deleita viendo en otras chicas que fijarse en mí, y encima me oculta cosas —le dice Brenda triste.

—Por favor basta Brenda sabes que eso no es verdad, solo te pido que seas menos intensa, pero a mi tu si me importas —dice Arturo.

—Se nota cuando te importo, quien va a creer que hoy por la mañana la veías a ella y a mi no me veías, tanto te costo pedir un simple desayuno que quería compartir contigo, por verla a ella, al final todos me despachan, y no entiendo que tiene esa chica que yo no tenga —dice Brenda triste.

—No fue asi, no te pongas en ese plan raro, solo te pido que seas un poco menos controladora —le dice Arturo.

—Es que si no te controlo te terminare perdiendo y no quiero que me dejes sola, es que eres lo único que tengo en mi vida, que siento que me ama, no como mi madre que le importa ir hacerse uñas de plástico y de su hija no se acuerda, ni siquiera te acuerdas que mañana es mi cumpleaños no me dijiste nada, va llegar mañana y no te acordaras, y mi padre tampoco a el le valgo pepino mañana es mi cumpleaños y nadie se acordara de mí, que triste, tender que recordarles a todos que mi cumpleaños es mañana y no escucho en absoluto que hagan planes para mi —dice Brenda mientras se come un trozo de pollo con vino.

—Yo si me acuerdo de todos tus cumpleaños —añade Arturo.

—No seas mentiroso —añade Brenda.

—Hija por dios como puedes decir esas palabras tan duras puedes calmarte —le dice su madre.

—Me canse de esperar madre —añade Brenda.

—Saben que es lo curioso que a veces pienso que esta familia no es mi familia, que mis padres que tengo no son mis padres, unos padres no dejarían a su hija abandona en una casa, y solo cuando le ronca la gana buscarla, y te voy a preguntar una pregunta y quiero que contestes como mujer que eres madre y la pregunta es esta ¿Soy adoptada?, ¿Realmente soy tu hija y tu mi madre?, ¿El que es mi padre no es mi padre?, ¿realmente nací de tu pansa?, contéstame —Añade la pregunta.

La madre de Brenda se queda en silencio callada sin decir una palabra, más bien pensando en que responderle respecto a su pregunta, Arturo se queda pensativo en la mesa.