C9 ¿Entonces quedamos como amigos?

¿Entonces quedamos como amigos?

Katherine se queda viendo.

—Me tengo que ir que disfruten el desayuno —añade.

—Gracias —responde ellos unánime.

Katherine se retira y se encuentra con Alonzo.

—Qué onda Alonzo contigo siempre me estarás siguiendo, me estresas, no sabe si mi padre quiera que vaya a dejar a domicilio la comida en la moto que me enseño a conducir el hace meses —añade.

—No lo sé, no he hablado eso con él, señorita Katherine no sabia que sabias manejar la moto —dice mientras la mira.

—Deja de verme Alonzo, me estas estresando, iré a la cocina para ver que pasa al menos la supervisora esta mas tranquila que nunca, ocúpate de que no estalle y deja de verme como lo estás haciendo —agrega.

—No se yo solo te veo normalmente —añade.

—Ni en tus sueños Alonzo y cierra la boca se te va a entrar una mosca —agrega mientras se retira.

Katherine se va a la cocina en busca de su padre que hace comida como si se acabara el mundo.

—Papá oye —añade acercándose más.

—Si hija ¿Qué pasa? —Pregunta.

—¿Alguien contesta el teléfono a domicilio? —Pregunta.

—Si ya casi salen los pedidos y podrías darme una mano con eso —añade.

—Claro papá me iré en moto y todo saldrá excelente iré a cambiarme de ropa no me iré con tacones en moto o no sé si podrá, bueno como sea me iré en tacones, ya lo había practicado antes —añade.

—Claro hija —agrega retirándose.

La voz de Alonzo interviene.

—Lo siento —añade.

—¿Por? —Responde.

—Katherine es que esto es mi culpa, todo esto es mi total culpa —añade.

—Ahórrate la culpabilidad Alonzo para otro dia —añade.

—Katherine por favor y no me digas que no ¿Dime que debo saber de ti? —Pregunta.

—No tengo idea, no me conozco ni yo misma —agrega.

—Se que estas molesta por lo que Liliana te hizo, pero créeme que ella no aparecerá más aquí —agrega.

—Espero que no aparezca porque no la soportaría y aléjate de mí, es lo mejor —añade.

—Podemos hablar de otra cosa quisiera poder conocerte más a detalle —añade.

—No Alonzo debo esperar los pedidos y largarme de aquí, no tengo idea cual es la dirección —añade.

—Pero Katherine si no conoces algunas direcciones deberías ir conmigo para que no te pierdas —agrega.

—No me digas Alonzo que espanto, como sea, sabes que todo esto me estresa, no necesito tu ayuda, ahora por mi culpa no tienes novia —añade.

—Katherine ella no me importa, solo me importa que tu estés bien —añade.

—Ok Alonzo mas te vale, pero igual no me des opciones para molestarme, estoy estresada solo a mi me pasa esto en una mañana y hoy si es hora de desayunar, llamare a marcos —agrega.

—Concomamos primero y después dejamos el pedido —agrega.

—Si, Marcos ven aquí te lo suplico —agrega.

—¿Dime? —Pregunta.

—Mi comida lo que te pedí, la comida completa que lleva de todo, tráeme dos platos —agrega.

—Ahorita la traigo —añade retirándose.

—No se que me espera en mi dia, pero sé que será un desastre como ahora —añade.

—Estas mal, no quiero que pienses cosas negativas —añade.

—Alonzo esto es una locura no se qué voy a estudiar en la Universidad, y no sé qué quiero de mi vida, dudo que me dejen tener carrera como violinista —agrega.

—violín excelente que emoción oye deberías intentar no dejes que tu cerebro se limite —añade.

—Con mi papá y sus decisiones no lo sé, ni como resulte todo esto, y me estresa —dice afligida.

—Katherine ¿Por qué tienes cara de aflicción? —Pregunta.

—El no sabe que yo quiero cantar, tocar instrumentos, bailar, pero no lo se es estresante pensar como le diré todo eso a mi padre sin que enloquezca, el dice que la Universidad es importante, quizá tiene razón no lo sé —añade.

La voz de Arturo interviene.

—Deberías dejar que tu corazón decida por ti —agrega mientras le observa.

—Gracias, ahora lárgate o tu novia dirá cosas horribles de mi ¿Te quedaras viéndome como un bobo allí parado? —añade preguntándole directamente.

—No ya me voy adiós, Katherine, cuídate, y te vez linda —Añade suspirando

—Arturo deja tus piropos a Cancún —agrega.

La comida llega por fin y Katherine se ubica en una de las mesas mientras Alonzo le sigue y ambos comen a la velocidad de la luz, se nota el hambre que tienen ambos.

Camina Arturo que no tengo toda la noche, y necesito arreglar mis uñas de los pies, lo prometiste, tu me llevaras, ahora llévame, deja de ver lo que no te incumbe —agrega.

—vámonos —agrega.

—Todo en orden —agrega.

—Si Brenda —añade.

—Arturo para ti soy amor cuantas veces te he dicho eso coño contigo métetelo en ese cerebro —dice molesta.

—Que espanto —dice Arturo.

—¿Cómo que espanto?, yo no soy espanto vámonos —le dice mientras lo sujeta del brazo y se retiran.

Treinta y cinco minutos después los pedidos están listos.

—¿Sucede algo? —Pregunta Alonzo mientras ella organiza los pedidos en su moto grande.

—No —añade.

—Katherine estas segura que podrás sola con esta gran moto —le dice.

—Si amenos que tu quieras manejarla te doy permiso si es que sabes manejarla —agrega.

—Si se manejarla, tranquila, yo te ayudo, súbete a la moto y nos vamos ok —añade.

—Eso significa que me tengo que sujetar de ti —le dice.

—Si tampoco soy tan feo como para que no quieras hacerlo —le dice.

—Alonzo mal pensando —añade.

—Tu eres la mal pensada no es la gran cosa amenos que estés nerviosa —le dice.

—No —le dice.

—Te vez bonita hoy —le dice.

—No me digas Alonzo —dice

—Katherine no estoy bromeando te vez linda recuerda que tengo dieciocho igual que tú, podemos ser amigos y llevarnos bien —le dice.

—Si podemos ser amigos, pero otra cosa no, prométeme que no veras como me estas viendo ahora, no puedes verme románticamente, no soy nada tuyo y controla tus miradas, que me pones nerviosa y esto no es real, aparte tu eres muy rico, según tengo entendido, no quiero que esto se salga de control —añade.

—¿Entonces amigos? —Pregunta.

—Amigos si —añade.

—vámonos ya llegaremos tarde con los pedidos —agrega mientras se suben a la mato y se van a dejar todos los pedidos, cuando llegan a la ultima mansión, les atiene una chica frunciendo el ceño.

—Su pedido está listo —añade.

—¿Cuánto sale? —Contesta de forma fría.

—$12.90 —le dice.

—Ok toma —le dice mientras le da el dinero completo para que no cambie de billete.

La voz de una mujer interviene.

—¿Quién es hija? —Pregunta.

—La repartidora de comida —agrega.

—Ok —dice la extraña.

La mujer extraña asoma la cabeza y le dice.

—Te me pareces familiar, tu cara me parece conocida de algún lado —agrega.

—Me tengo que ir señora que disfrute sus desayuno adiós —agrega mientras se retira y Alonzo y Katherine se suben de nuevo a la moto.

En el camino todo iba bien hasta que un carro va directo a ellos.