C100 Llámame marido
La abrazó con fuerza y le susurró al oído. Su voz era grave y magnética.
"Vamos a casa"
Anya Bay frunció el ceño y lo empujó para liberarse de sus grilletes. Avanzó con elegancia, como una princesa. Estaba empapada, parecía pálida y frágil, pero no perdió el impulso. Cogió un papel y un bolígrafo del cajón y escribió algo. Se volvió de nuevo y dio un paso lento hacia Ziyan Qing