C49 No recuerdas nada
Anya Bay levantó los párpados, sus hermosos ojos gris avellana se clavaron en el rostro del hombre que tenía enfrente. Sus miradas se encontraron en el aire, fue sólo por uno o dos segundos que ella volvió a bajar los ojos. Nadie notó ningún cambio en su rostro.
Ziyan Qing, que ya la estaba escaneando como si fuera una máquina de rayos X, contuvo la respiración durante un segundo. De repente