C61 Qué mujer tan inteligente
Ziyan Qing miró a la mujer que yacía en la cama con un vendaje alrededor de su hermosa cabeza, agujas inyectadas en su mano derecha para una botella que goteaba. El vendaje que la rodeaba no afectaba a su belleza, parecía una frágil muñeca que puede romperse con un poco de tacto.
Sus pestañas de mariposa tiemblan ante la escena de su coche rodando y ardiendo en el mar de fuego