C35 CAPÍTULO 34
La noche era fría, oscura y lúgubre, quizas iba acorde con su estado de ánimo.
Su vista se perdía en la terrible oscuridad frente a sus ojos.
-¿Tampoco puedes dormir?- cerró los ojos al escuchar su voz. Tan ronca... profunda... tan amada. Se giró para verlo, se enfrentó a aquellos oscuros ojos, a su hermoso rostro que estaban sumido en parciales penumbras