C175 Paraíso oculto
Damien frotó su lengua aplastada desde su perineo, de extremo a extremo de su raja. Intentó separar sus labios solo con la lengua, pero le resultó difícil. Nunca había visto una belleza tan sellada como ésta, como la de Flora. Su vagina era como la imagen de un grano de café cortado por la mitad, con una carnosa tez rosada