C6 Aserrarla como a un tronco testarudo
Se aseguró de que ella estuviera húmeda y lista antes de adentrarse en su angosta entrada al reino del placer carnal, con su pleno consentimiento.
"¡Mierda!" Ambos gemían. Uno por el dolor y el otro por el placer.
Consciente de su tamaño y de lo ajustada que ella estaba, intentó hacer que el dolor fuera lo más leve posible. Pero al ser su primera vez