C4 Jasón

Ya un mes después de lo sucedido en casa de mis padres, creí que no volvería a ver a James, después de aquel incidente. Pero ahí fue donde me equivoqué, hoy me llamó para decirme que necesitaba habar de algo urgente conmigo, lo cual involucra a Rosie. Primero, yo no soy el psicólogo de nadie y menos de esos traidores, segundo ¿qué tiene que ver Rosie en esto? Y tercero, ¿Ella será parte de mi sueño? Es decir, creo que es obvio, ya que es la única novia que tuve desde ese entonces.

Ese sueño sigue dando vueltas por mi cabeza, pero, no sé qué significa.

«Jasón, siempre fuiste el amor de vida, perdóname por haberme ido en brazos de otro. Sé que no puedo seguir justificando lo que hice. Pero tienes que prometerme que serás feliz, aunque yo ya no puedo estar en tu vida. Aun así, prométeme que no lo dejarás solo nunca. Que le darás todo el amor que se merece, el cual yo no puedo darle, cuídalo, él te espera. Y recuerda que yo siempre te amaré, hasta siempre Jas»

¿Qué me quiere decir con eso? ¿A quién tengo que cuidar? ¿A James? Ni, loco, que se consiga niñero.

Y hablando de él, quedamos en vernos en una confitería que está a dos cuadras de casa. Primero porque no tengo ganas de manejar hasta el centro y segundo, demasiado que acepté verlo. Después de lo que hizo acá, no tendría por qué volver a verle la cara, durante mucho tiempo.

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Me estaba por bajar del auto, cuando estaciona en la otra calle, frente a la confitería, hasta que algo me decía que no lo hiciera la verdad no estoy entendiendo esas señales que me manda el cuerpo, primero el sueño raro con una fantasma, o mi ex, ya ni sé de quién se trata, segundo mi cuerpo no quiere bajarse del auto, es muy raro.

Estaba por poner el auto en marcha y volver a casa, pero, ahí fue cuando me llega un mensaje de James ¡Genial! ¿Por qué no hui antes?

De: James, 17:30 pm

¿Estás viniendo?

Para: James, 17:31 pm

En cinco minutos estoy.

Tengo que bajarme, aunque no quiera. Estupendo.

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—¿Qué era eso “urgente” que necesitabas decirme? —pregunto, cuando aparezco frente a él, sí, la educación me la guardé en el bolsillo.

—Tienes que saber lo que pasó con Rosie, mejor dicho —suspira, mirando a la mesa —Rosie…—estaba por completar la frase, pero aparece la moza, para tomarnos la orden.

Pedimos dos capuchinos, con medialunas, solo para que la chica se vaya lo antes posible. Sí, estoy intrigado.

—Rosie… —digo para que siga hablando, después de que la moza se retira.

—Yo… - yo no te lo tendría que estar diciendo —hace una pausa, para luego seguir —Pero no hay otra persona que lo haga —finaliza, dejándome completamente confundido. ¿De qué habla?

—No te estoy entendiendo James, ¿de qué rayos estás hablando? —pregunto totalmente perdido, mientras él levanta la cabeza y al verme fijamente, tiene los ojos llenos de lágrimas, y eso me confunde aún más. ¿Qué demonios pasa?

—Rosie… ella … ella, falleció en el parto —contesta y eso me deja totalmente helado.

—¿Q— qué estás diciendo? —pregunto casi en shock.

—Sos papá —suelta de golpe.

—Qué soy, ¡¿qué?!—grito, levantándome bruscamente de la silla, generando que la poca gente que está en lugar, voltee a vernos, como todos unos curiosos que son.

—Jasón, debes calmarte —pide James, parándose, al ver que no dejan de observar la escena.

—Dime, que es todo mentira, esto es un puto sueño —respondo mientras vuelvo a sentarme en la silla, pero esta vez, apoyando mi cabeza sobre mis rodillas, con mis manos en mi cara.

—Lo siento Jasón, ella falleció, hace casi tres semanas —contesta, haciendo que levante la cabeza de golpe para mirarlo.

—¡¿Cómo mierda no me dijiste antes?! —grito sin importarme, que nos estén observando.

—Fui al hospital ayer, necesitaba decirles que yo no soy el padre del bebé, por eso dejé tu celular.

∞

Fue lo último que escucho, porque salgo corriendo de allí, para luego subir a la camioneta, y desaparecer del lugar.

Esto es una pesadilla, ¡maldición Jasón, despierta! Grito golpeando el volante, y sin darme cuenta paso en rojo, logrando que el auto que venía del otro lado de la calle, me llevase puesto.

Siento que el auto da unas cinco vueltas más o menos, los vidrios ya estaban completamente rotos, en ese momento estaba consiente, pero en un momento mi cabeza golpeó contra el volante y ahí quede totalmente inconsciente.

Esa silueta de mujer, que se me apareció en aquel sueño la estoy viendo ahora mismo, ahora sé que es Rosie, en el sueño no podía saber quién era ¿Cómo me olvidé de su dulce voz?

∞

Comenzó a gritarme desesperada, ¡Jasón! ¡Tienes que despertar! Por favor, no puedes dejarlo, él te necesita. ¡Reacciona!

Escucho gritos de “llamen a la ambulancia” o “no podemos sacarlo”. Entonces ese es el dolor que estoy sintiendo en este preciso instante, tengo alguna parte del cuerpo trabada en el asiento, pero no sé exactamente cuál, es un milagro que no haya salido despedido del auto, ya que no tenía el cinturón de seguridad.

No podía despertarme, quería, pero no podía. Sé que llegué al hospital porque el olor a medicamentos inunda mis fosas nasales y escucho murmullos a mi alrededor, ruido de ruedas.

¿Esto es imposible? O es que ¿acaso estoy muerto? ¿Cómo es que veo todo, escucho todo, como si estuviera despierto?

—¡Rápido! ¡A la sala de operación! —grita una enfermera poniéndome una mascarilla de oxígeno y tapando inmediatamente mi nariz.

—Rápido, muévanse —grita otra muy alterada y con voz temblorosa agrega—: si no entra al quirófano de inmediato, puede morir.

Entonces… ¡No estoy muerto!

Celebro en silencio e intento gritar, aunque lo único que consigo es cansarme y frustrarme. Pero todo parece irse poco a poco y una voz angelical demasiado asustada me hace dudar de mi celebración cuando dice:

—Creo que lo perdimos.

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