C5 LHI RESORT
La verdad es que ahora me dan ganas de retirarme de este proyecto, pero sé que no es una opción. Primero que nada, LHI no es un cliente cualquiera. Además, conozco el esfuerzo que Luna tuvo que hacer para conseguir esta reunión. No quiero que se lleven una mala imagen de mi empresa, CIC. Y para terminar, este proyecto no tiene relación alguna con lo que sucedió entre el director general y yo.
Me pasé una mano por la cabeza. Mis gemelos tienen un buen ojo para elegir a su padre.
Jace nos condujo a una sala al estilo de conferencias. Nos dirigimos directamente a la puerta detrás del escritorio. Ya había notado esa puerta antes. Pensé que era un cuarto preparado especialmente para el CEO, por si acaso quisiera traer chicas y tener relaciones sexuales con ellas. Tiene pinta de ser un conquistador y de tener muchas aventuras. Realmente creí que los encuentros de una noche eran su pasatiempo favorito.
Quedé impresionado al ver la sala detrás de su escritorio. Como dije, era una sala de conferencias. Contaba con una mesa larga, siete sillas de oficina y una pantalla plana de 70 pulgadas para presentaciones. También noté que en el lado izquierdo de la sala, había una pared de vidrio esmerilado que se podía usar como pizarra.
¡La idea me pareció genial! Aprovecha al máximo el espacio de la oficina. Creo que podría implementar algo similar en mi oficina, con algunos ajustes, claro está. Estoy emocionado por la repentina transformación que tendrá mi oficina.
LHI es realmente impresionante, desde la apariencia de su hotel hasta sus oficinas, me quedé sin palabras por su forma de trabajar. La impresión que me han dejado me motiva aún más a conseguir este proyecto. Aunque me preocupa que, si cerramos el trato, podría complicar mi vida personal.
A pesar de mis preocupaciones, logré hacer una presentación convincente.
Todavía no tenemos un diseño para ellos porque LHI no ha proporcionado detalles del proyecto. Solo sabemos que tienen planes de abrir un resort en Filipinas. No han revelado más información. No tenemos ni idea de dónde piensan ubicarlo.
Lo que presenté fueron aspectos de mi empresa y ejemplos de trabajos que hemos realizado en hoteles y resorts.
De hecho, tengo una idea de diseño para este proyecto. LHI siempre ha sido uno de los clientes con los que soñé trabajar, y hace tiempo que investigué sobre ellos, por eso tengo una noción del estilo distintivo de LHI. A pesar de eso, es muy complicado presentar algo sin saber detalles del proyecto o siquiera las dimensiones del lugar donde se construirá el resort.
Para ser justos, él parecía tomarse en serio mi presentación. No había señales de distracción o desinterés.
La conversación sobre el proyecto fue seria y profesional. Y por cómo se desarrolló nuestra charla, veo muchas posibilidades de que nos adjudiquen el proyecto. Aunque no estoy del todo seguro de querer ganarlo.
"Creo que hemos escuchado suficiente. Tienen muchas posibilidades de obtener este proyecto. Pero aún no puedo garantizarlo porque tengo pendientes reuniones con otras empresas", dijo con un tono formal.
No estoy acostumbrada a su formalidad y presencia empresarial. Esta faceta suya dista mucho de la actitud juguetona y pícara que mostró cuando nos encontramos en el bar y en el centro comercial. La verdad, no me disgusta la idea de que sea el padre de mis gemelos.
"Entendemos, señor Escarrer. Supongo que solo nos queda esperar su decisión. Sería un gran honor contar con este proyecto". Con esas palabras di por concluida la reunión.
Al finalizar, ambos extendimos la mano en señal de despedida. Al estrechar la mano del señor Escarrer, noté cómo la apretaba con más firmeza.
Fruncí el ceño, y entonces lo vi sonreír de medio lado, acercando su rostro al mío.
"Me complace que seas tan competente. Me parece que es el destino el que insiste en unirnos. ¿No lo crees?" susurró.
"¿Está diciendo que nos adjudicarán el proyecto?" le susurré de vuelta.
"Hay una alta probabilidad", me respondió en el mismo tono suave.
"Pues yo espero que no", repliqué.
Él apenas retrocedió. "¿A qué te refieres?"
Ahora era mi turno de acercarme a él para susurrar.
"Para demostrarte que no ha sido el destino, sino simplemente una coincidencia".
Solteé su mano.
"Hasta luego, señor Escarrer", dije con una sonrisa astuta.
