C12 Sarah
SOPHIA CASTILLO
Recuerdo que el día de nuestra boda, cuando el sacerdote nos declaró marido y mujer, nos invitó a besarnos.
Adrián me tomó por sorpresa al presionar sus labios contra los míos por unos segundos fugaces. Apenas rozamos nuestros labios y, antes de que pudiera siquiera entender lo que ocurría, él ya se había erguido