Cayendo en El/C3 C A P Í T U L O 2
+ Add to Library
Cayendo en El/C3 C A P Í T U L O 2
+ Add to Library

C3 C A P Í T U L O 2

CAPÍTULO 2

Cailan

¿Algo que amaba de mi trabajo?

Era obviamente el lujo, la interminable forma de que poco no es suficiente, no blanco sino dorado, para que un departamento mejor una mansión, para que París si puede ser mejor Beijin, pero más adoraba como todo rodeaba en nosotros los modelos, dándonos lo mejor sin importar cuán ridículo sea nuestro pedido.

Estar en una pasarela era nuestro trono, donde no muchos tienen el porte ni el andar para poner sus pies, afortunado yo al poder hacerlo y más afortunado a que los tatuajes que cubrían mi cuerpo parecían atraer las codiciosas miradas de muchas personas ¿vendo mi cuerpo? Lo hago, pero no es como las mujeres que esperan en un esquina por un poco de dinero y placer, yo vendo mi cuerpo a millones y eso, si acepto ir a ellos.

Por eso las pasarelas son tan importantes ¿acaso no han visto las pasarelas de Victoria's Secret's? Son famosas en todo el mundo por los increíbles trajes que confeccionan como de las divinas modelos que lo portan, hoy es mi día para brillar, es una pasarela de tanto hombres como mujeres mostrando la nueva colección de verano de Vudipeg un francés que erizaba la piel con sus creaciones, uno las miraba y era como ver arte pero un arte raro pero fascinante.

Al entrar tras bambalinas como dirían, puedes ver un sin número de camarógrafos, de personas famosas que claramente pueden entrar aqui, modelos en batas siendo maquillados, sus familiares como tambien un sin número de personas que ocupan espacio necesario.

— ¿Estás bromeando? ¡¿cómo que no tienes maquillista?! — chillo casi en mi oído, casi, Sara era una de las pocas amigas que tenía sino decía que era la unica.

Habíamos empezado a modelar casi al mismo tiempo, y en la misma compañía, solo que con diferente mánager, al principio la cataloge como la típica rubia que se cree mucho, y a pesar de que era así su actitud de diva se asemeja a la mia, y también que ya no es rubia pues al parecer el rojo está de moda y el color carmesí que brilla en suaves hondas sólo dejan ver lo hermosa que es, una vez pinte mi cabello a rubio, me quedaba bien para que mentir pero era molesto tener que retocarlo cada mes cuando las raíces aparecían así que lo volví a pintar a un color parecido a mi tono natural para cuando creciera ir cortando, ahora todo mi cabello es natural.

Pero como decía, Sara es mi mejor amiga nos conocemos desde hace varios años y he tenido varias sesiones con ella, amo como congeniamos en esos momentos, claramente a Evan le dan celos ¿pero qué puedo yo hacer? Me dicen que vaya y yo voy, aparte de que es ella y no voy a hacer nada.

— Como escuchaste, hace unos días Simone la despidió cuando llegó borracha y tarde a un set, no era la primera vez — Nela me estaba arreglando el pelo mientras hablabamos.

Sara estaba siendo maquillada mientras hablabamos, estábamos lado a lado como siempre lo estamos.

— ¿Quieres que Vanessa te maquille? — me preguntó mirando a su maquillista que me miró por un segundo y siguió con su trabajo — No hay problema, tambien trabaja para la compañía.

Me lo pensé.....

— No que va, Nela se ocupa de ello mientras Simone busca un nuevo maquillista — me negué a su ofrecimiento pues a pesar de que Nela no es profesional a llevado muy bien mi maquillaje.

— De acuerdo.

Cerré los ojos cuando Nela se puso frente mío para colocarme laka, o fijador, como quieran llamarlo pero cuando abri mis ojos mi pelo lucia en puntas y en un fantástico desorden, Sara lucia un peinado afro que le quedaba muy bien.

Ahora el maquillaje.

— ¡¡Ya se!!

Me sorbresalte al igual que Nela y algunas personas a nuestro alrededor, la fulmine con la mirada a lo que se sonrojo y sonrió avergonzada, Nela comenzó a maquillarse.

— ¿Qué sabes? — le pregunté cerrando mis ojos.

— Bueno puede ser que yo conozca a alguien que es increíble maquillando y busca trabajo — me comentó, abri un ojo mirándola, note que me miraba suplicante como si fuera para ella el trabajo, con la mano le dije que continuara — No es una chica es un chico, bueno es mi hermano y te aseguro que es un excelente maquillista, fue a algunas academias y toda esa cosa para tener títulos y reconocimientos.

— ¿Por qué no lo has contratado tú? Dices que es tu hermano ¿verdad? — pregunté y pestañee al sentir un cosquilleo en mis pestañas, era molesto pero podía soportarlo.

— El se encontraba en París en no se que cosa cuando comencé, además de que hace unos días que se quedó sin trabajo al mudarse para acá ¿lo contratarías? ¡por fis! El es mi mellizo — suplico y abriendo mis ojos mire al techo, no por fastidio, sino porque ahora ella estaba poniendo la sombra de ojos azul por mis ojeras haciendo el diseño que es para todos los modelos sólo que cada uno de diferente color.

Me lo volví a pensar.....

— ¿Dices que trabajo dónde? — pregunté y ella muy dispuesta y emocionada me contó de las travesías de su hermano, quedé sorprendido al saber en cuantas cadenas trabajó y cuán pedido era aún aquí.

Tenía mi respuesta....pero necesitaba uno de sus datos para por lo menos mandarlo a investigar.

— Se llama Sam, Sam Parthel.

Mi ceño se fruncio.

¿Parthel?

¿Por qué ese apellido me sonaba?

(....)

Deje las llaves en la mesita de noche y sin siquiera quitarme los zapatos me tiré de espaldas a la cama, su suavidad me rodeó y cerrando los ojos disfruté la paz de mi hogar.

Lo cual duró poco.

Escuche una puerta ser abierta para luego escuchar sus pasos venir hacia mi, sus manos se agarraron de mis zapatos empezando a quitarmelos, les siguió las medias, mi pantalón con el cual batallo.

— ¿Por qué debes de usar pantalones tan ajustados? — pregunto fastidiado a lo que no pude más que reír.

Me dejó mi boxer puesto para luego quitarme mi camisa, comenzó desde abajo, solté un suspiro deleitado cuando sentí la suavidad de sus labios besar mi piel, hizo su camino hacia arriba mientras quitaba mi camisa. Que cuando la tuve fuera abri mis ojos chocando contra los suyos y su tierna sonrisa.

— Hola — susurró como niño a lo que cerrando mis ojos agarre su cintura, para girando llevarlo debajo mío, soltó un chillido cuando mordi su cuello.

— Hola preciosura — agarre sus muslos para abrirlos de par en par y ponerme enmedio de estas, de inmediato nuestros penes chocaron.

¡Quiero sexo!

— Ni siquiera lo pienses — rodeó mi cuello con sus brazos para mirarme con su ceño fruncido, mordi su labio a la par que daba una embestida y de sus labios un gemido salía.

¿Cómo puede ponerme tan rápido?

— Yo no estoy pensando nada — tome sus manos entre las mías poniendolas sobre su cabeza, es perfecto que también se encuentre en boxer — Yo estoy haciendo algo.

Moví mi pelvis contra la suya obteniendo más de sus dulces gemidos, mordió su labio y el sabe cuánto me molesta que los muerda no me gusta que calle sus gemidos para algo fueron echos y yo amo escuchar los suyos, tome su boca mostrándole cuanto lo deseo, que estos días sin el fueron una verdadera mierda ¿Cómo pude sobrevivir tanto sin su cuerpo? Sus piernas rodearon mi cintura para tomar impulso y moverse contra mi.

Gemi sobre su boca.

— ¿Me extrañaste? — le pregunté para ponerne de rodillas y tomar el borde de su boxer, el me dio un manotazo para mirarme molesto — ¿Qué?

— Apenas llegas y ya quieres sexo ¿no puedes ser un novio normal y llevarme a un restaurante o algo romántico? — movió sus manos enfatizando sus palabras.

Me crucé de brazos y lo mire con seriedad.

— ¿En serio crees que prefiero ir a un maldito restaurante donde empezarán a tomar mil y un fotografías, donde pediran autografos, donde tendremos los ojos sobre nosotros cuando he venido de un viaje donde tuve toda esa mierda? — el me miró arrepentido a lo que bufe molesto, pase una mano por mi rostro — Quería llegar aquí y descansar pero sabia que tu estarías y trato de ser un buen novio para no meterte en toda esa porquería de momento cuando esa foto sigue circulando, pero si tu quieres salir bueno, eso haremos.

Fui saliendo de encima suyo pero sus manos tomaron mis hombros haciendo que cayera sobre el y es una suerte de que pusiera mis manos a lado de su cabeza porque o sino, lo hubiera golpeado.

— Lan...yo no.....

Solté un suspiro cansado.

— Ya no importa Evan, vístete iremos a cualquier restaurante, tu escoges — intente salir de encima suyo pero ahora sus piernas me rodeaban, lo mire al rostro mirándolo harto — Venga, no seas infantil y sueltame.

Negó para luego hacer su puchero.

— No te molestes, por favor — hablo con aún su puchero presente.

— No estoy molesto.

— ¡Lo estas! Y es mi culpa yo...lo siento, olvide lo de la foto y yo sólo quise salir contigo como una pareja normal — sentí sus dedos ir a mi nuca sobando lentamente sin dejar de mirarme — Pero olvide que nuestra normalidad es otra.

Atrajo mi rostro al suyo para darme pequeños besos que por supuesto respondí, amaba sus labios y como me trata.

— ¿Puedes olvidar todo lo que dije y regresar a como estabamos hace unos segundos? — sentí como movió una de sus piernas rodeando mi cadera y presionó haciendo mi pelvis chocar contra la suya.

— Evan — gruño.

— No, preciosura, yo soy tu preciosura — me soltó uno de sus pucheros que acercándome lo tome entre mis dientes.

Por supuesto que es mi preciosura.

Una preciosura que se portó muy mal pero por esta vez se lo dejaré pasar, lo deseo como un loco.

— Boca abajo — le ordene a lo que pude ver como se le dilataron las pupilas para soltar una risa llena de emoción y girarse, no me quite ni un segundo encima suyo.

Pero si lo hice cuando recordé que debía dilatarlo, tiré del elástico de su boxer y lo solté haciendo que chocara contra su piel, el lo entendio y empezó a sacarlo de mi camino, fui hacia la mesita de noche de mi lado y abriendo el cajón estraje lubricante, vi los condones pero los rechaze, el no podia quedar embarazado ya ni recuerdo porque los compre.

Me acerqué a su cuerpo dejando el lubricante de lado tome sus pantorrillas para ir subiendo por sus piernas, sus muslos donde di un apretón que lo hizo removerse de lado a lado, llegué a mi destino donde tomando cada cachete los separe para ver mi lugar preferido.

Estaba rosado.

— ¿Has estado jugando contigo mismo preciosura? — pregunté, su cuerpo se tenzo por un segundo para luego asentir, sonrei divertido — Así que tu Lan sale de viaje y tu aprovechas para tocarte, niño travieso.

Di una palmada en su trasero a lo que el soltó un gemido, al primer azote le siguieron tres cuatro ¡amo el tono rojizo que tiene! Bese cada una de sus posaderas escuchandolo jadear, se que le encanta que lo azote, al principio el mismo me lo pedia y ahora he tomado por hacerlo cuando me da la gana.

— Tu placer es mío, nunca más vuelvas a tocarte — le di una palmada mucho más fuerte que las anteriores justo en su entrada, haciendolo temblar y gemir.

Tome su cadera entre mis manos para acercar mi boca a su entrada y con mi lengua profanarlo, su piernas temblaron lo pude sentir, hundo dos dedos que lo hicieron perder el aliento y al moverlos junto a mi saliva sus gemidos fueron subiendo de tono, adoraba verlo partirse de placer, de un placer que sólo yo puedo darle y eso él lo sabe, odio que se de placer y más cuando busca uno de sus juguetes para auto-penetrarse, la única polla que va a deleitarse con su estrechez será la mia.

Cojo el lubricante para poner en mis dedos y lubricar su entrada, tiembla ante el frío de está, cojo un poco de lubricante y lo unto en mi polla ¿lo tomó así? ¿será? No, quiero sus ojos fijos en los míos.

Voy hacia mi lado de la cama donde me subo y siento para extender mis piernas abriendolas un poco, me quito el boxer botandolo al piso y miro a mi novio.

— Ven aquí y montame preciosura — lo veo lamerse los labios mientras se acerca a ni, su vista fija en mi polla, pero no dejaré que la pruebe pues estoy a nada de acabar sobre la cama y eso sería vergonzoso.

Se coloca encima mío colocando su trasero sobre mi polla, la cojo y mantengo recta para con mi otra mano guiarlo y penetrarlo, suelta un quejido mientras voy abriéndome paso en su interior buscando tocar fondo, me detengo un segundo para echar mi cabeza hacia atrás apretando mis labios ahogandome en la dicha de su estrechez.

Estoy muriendo de placer.

Sus ojos me miran fijamente y yo a el, suelta un jadeo que me hace gemir al sentirlo bajar en mi, pronto siento sus glúteos presionando contra mis muslos y es cuando sé que he entrado todo el ¡que rico! Empieza a moverse primero despacio tanteando el lugar, aprieto su cintura cuando se mueve en círculos y muerdo uno de sus pezones cuando se queda quieto y al instante empieza a dar saltitos sobre mi polla.

— Te he extrañado tanto — admite entre jadeos, su cadera empieza un vaivén rápido haciendo que maldiga.

— Hace unos minutos no lo parecía.

Lo acuso a lo que sus mejillas se sonrojan, pero es verdad al parecer no quería tener sexo conmigo y cuando lo he entendido me suplico porque lo olvidara ¿quién lo entiende? Rodea mi cuello con sus brazos juntando nuestros cuerpos.

— Déjame demostrarte cuanto te extrañé.

Y lo dejo hacer.

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height