C60 060
A la mañana siguiente, cuando me desperté, la cabeza me latía con fuerza, como consecuencia del exceso de "hada verde", la falta de aspirinas y la escasez de agua. La cama estaba destrozada. Me arrastré hasta la cocina, saqué dos botellas de agua del frigorífico, me bebí la mitad de la primera enseguida, busqué una aspirina y me tomé dos con el resto de la botella