C6 Encima de él

Al volver, encontré a Ren con los ojos cerrados, combatiendo su fiebre. "Lo siento, Ren, pero tengo que quitarte algo de ropa para refrescarte con agua", me disculpé en silencio, en mi mente. Con cuidado, empecé a desvestirlo. Aunque era por razones médicas, era la primera vez que desnudaba a un hombre y mis manos temblaban ligeramente al quitarle la camisa. Finalmente, logré despojarlo de su ropa de la cintura para arriba.

Tomé aire, impresionada por la visión ante mí. Afortunadamente, Ren seguía con los ojos cerrados y no pudo ver mi expresión de asombro. Era consciente de que Ren era alto y de mayor envergadura que yo, pero no imaginaba que bajo su ropa se escondiera un cuerpo tan musculoso y definido. Nunca había visto a un hombre sin camiseta, pero estaba claro que no todos lucían una figura tan imponente. Seguro que su trabajo como comerciante activo le había forjado ese físico tonificado. Sus músculos eran impresionantes, tensos y firmes.

Sin darme cuenta, extendí la mano hacia el músculo pectoral de Ren. Su piel ardía bajo mis dedos mientras los deslizaba desde su pecho hacia abajo, siguiendo el contorno de sus abdominales perfectamente esculpidos. Un gemido suave de Ren me devolvió al presente. "¿Qué estoy haciendo? Debo concentrarme en curarlo".

Recobrada la compostura, tomé la toalla húmeda. Tras escurrirla bien, la pasé con delicadeza por los brazos de Ren, uno tras otro, y luego por su cuello, pecho y abdomen. Ren murmuraba suavemente, su cuerpo comenzaba a relajarse poco a poco.

Necesitaba voltearlo para limpiar su espalda. Ren seguía ardiendo de fiebre. Reuniendo toda mi fuerza, lo giré boca abajo. Si pensaba que la vista de su espalda desnuda sería menos impactante que su torso, estaba equivocada. Su espalda también estaba perfectamente definida, con músculos marcados. La vida de comerciante y viajero debía ser más exigente de lo que imaginaba, para esculpir un cuerpo así.

Coloqué mi palma sobre la musculatura de su ancha espalda antes de empezar a pasar la toalla húmeda. La moví una y otra vez, renovando el agua fría para ayudar a disipar el calor de su cuerpo febril. No sé cuánto tiempo estuve en ello, pero fue un buen rato.

"Listo... por fin terminé..." dije, felicitándome en silencio por el esfuerzo. Exhalé un suspiro de alivio mientras me secaba el sudor de la frente.

Ren seguramente ya está dormido. Ojalá que su fiebre haya bajado para cuando despierte. Creo que debería preparar algo de comer para ese momento. También yo empiezo a sentir hambre.

"¡Ah!..." solté un pequeño grito de sorpresa.

De improviso, Ren sujetó mi muñeca mientras me retiraba. Aunque tenía los ojos cerrados... ¿seguiría dormido? Su agarre era firme, pero no doloroso. Traté de liberar mi muñeca, sin embargo, su mano no se aflojaba. Imposibilitada de levantarme de la cama... ¿qué debería hacer?

"No... te... vayas..." murmuró Ren con voz tenue y débil. ¿Estaría hablando en sueños?

"Ren..." pronuncié su nombre en un susurro, pero no hubo respuesta.

Lejos de soltar mi muñeca, su brazo me atrajo con fuerza hacia él, tumbándome encima.

"¡Ren!" exclamé, invadida por el pánico al sentir su cuerpo caliente contra el mío. El calor de su piel se transmitía a través de mi ropa, y podía percibir la solidez de su cuerpo bajo el mío. Mi corazón latía a un ritmo frenético y un calor me invadía mientras su aroma me rodeaba.

Ren seguía con los ojos cerrados, pero sus brazos me envolvían con energía, atrayéndome hacia un abrazo intenso. Sus fuertes brazos rodearon mi cuerpo, apretándome contra su pecho musculoso. Por más que intentaba, no lograba liberarme ni deshacer su abrazo. Ren se acurrucaba más contra mí, respirando hondo como si estuviera sumido en un sueño placentero.

¿Deberé permanecer así, sobre él, hasta que me suelte o despierte?

¿Qué puedo hacer? Así no puedo moverme. Nunca había estado tan cerca de un hombre, salvo de mi padre cuando era niña. No conseguía controlar los latidos acelerados de mi corazón ni mi respiración entrecortada. Mi corazón palpitaba tan fuerte que parecía querer salirse del pecho. ¿Ren sentirá mi corazón latir? Sentía su fuerte pulso bajo la palma de mi mano, descansando en su pecho desnudo. Escuchaba su ritmo cardíaco constante con mi cabeza recostada sobre su pecho.

Estamos demasiado cerca. Esto no está bien... La sensación de su cuerpo firme y desnudo contra el mío era desconocida, pero no desagradable. Mi rostro se enrojecía cada vez más al pensarlo. Necesito tranquilizarme, me dije mientras observaba el rostro sereno de Ren. Es... en verdad... muy atractivo, ¿no es así?

¡Lin! ¿En qué estás pensando en un momento como este? Él es tu paciente, nada más. Debes concentrarte en su recuperación para que pueda continuar con su viaje. Claro... pronto Ren se irá de aquí y tal vez no lo vuelva a ver jamás. No debo olvidar eso. De repente, el agotamiento me invadió y mis párpados se tornaron increíblemente pesados...

--Continuará...