C71 Escalofríos
En cuanto salí de la sala, dos guardias corpulentos que se interponían en mi camino detuvieron mis pasos. Con los rostros inexpresivos como sábanas, la postura erguida como palos, sus miradas estaban puestas hacia delante en vez de en mí.
"¿Qué están haciendo aquí fuera de mi habitación?" Pregunté, confundido.
"El señor Larsen nos dio instrucciones de vigilarla cuando esté sola, señorita"