C8
Hardin ya ha desaparecido en el interior, lo que me parece bien: con suerte no le volveré a ver en toda la noche, y teniendo en cuenta la multitud que hay en la casa, siento que debería hacerlo. Sigo a Steph y a Nate a través de la abarrotada sala de estar, y me entregan una taza roja. Me giro para rechazarla con un educado "no, gracias", pero es demasiado tarde