C193 CAPÍTULO193 Tristeza
Sintió que todo su mundo se derrumbaba con la repentina noticia.
Con mano temblorosa, Arabella se congeló. Sus lágrimas imparables eran las únicas que quedaban vivas. Llovían como lluvia y no tenían intención de parar.
"Mamá, ¿estás bien?" Adam se apresuró a cogerle la mano.
"Adam, tengo que irme", respondió Arabella distraídamente.
"Mamá, di algo". Adam le apretó la mano