C8 Capítulo 8
CAPÍTULO OCHO
El dolor fue tan intenso que me arrancó un grito, y para mi vergüenza y furia, él repitió el gesto, golpeándome con fuerza en la otra mejilla del trasero.
Cesé en mis intentos de lucha y me quedé rígida contra él; no me azotó de nuevo, pero el ardor en mis nalgas persistía. Murmuró algo en tono bajo, aunque lo escuché perfectamente.
"Buena chica, ya estás aprendiendo