C17 CAPÍTULO 17
—Ven, hay que irnos ya. Ha llegado.
Se levantó y extendió su mano para ayudarme. Arrugué mi entrecejo viéndolo totalmente confundida, insistió nuevamente y la acepté.
— ¿Quién? —Pregunté—. Tu amiga.
—Sí Emm —sonrió—. Ya es hora mi Luna.
Sonreí igual y me dejé guiar en el camino a casa, intentaba memorizármelo. En el transcurso nadie dijo nada