C9 ¿Rechazaste su oferta?

Annabel ya se había encontrado con Rose y ahora estaban en casa.

Era ya entrada la tarde cuando las chicas llegaron. Rose se veía agotada y todavía no podía asimilar lo que Evidence le había revelado. Annabel, por otro lado, también estaba exhausta por la forma en que su novio le había zarandeado el vientre con su miembro. Sus piernas aún temblaban, su temperatura no se había estabilizado, sentía un hambre voraz y necesitaba comer, pero no lograba levantarse por lo débil que se sentía.

Annabel yacía en el sofá aún vestida, su bolso y zapatos yacían esparcidos a su alrededor, mientras que Rose simplemente se acomodaba en el sofá más pequeño. Reinaba un ambiente de calma, aún no se habían dirigido la palabra. No por enojo, sino porque ambas necesitaban recuperarse. Rose había esperado a Annabel por un buen rato en aquel restaurante, y para colmo, el clima no había sido el mejor.

Minutos más tarde, Annabel, como era su costumbre, rompió el silencio.

"Entonces, cuéntame, ¿qué tal la entrevista del condón?"

"¿Cuándo vas a dejar de hacer eso?"

"No muy pronto, querida. Jajaja." Soltó una risita absurda.

"Está bien, ignórame. Pero en serio, ¿cómo te fue en la entrevista?"

"¿Entrevista? La vacante ya estaba cubierta."

"Entonces... ¡no otra vez! ¿Quiere decir que ya no hay posibilidad de trabajar en esa empresa de condones?" Rose le lanzó una mirada fulminante cargada de advertencias.

"Ay. Quiero decir, ¿ya no hay posibilidad de trabajar en esa empresa?"

"No. Creo que me enteré demasiado tarde y él realmente dijo..."

"¿Dijo qué?"

Rose sabía que si le contaba a Annabel lo que Evidence había mencionado antes, sobre el asunto de la cuidadora, Annabel se mofaría de ella.

Por lo tanto, optó por decir algo diferente.

"Él dijo que el puesto se había ocupado ayer."

'¿Debería contárselo?' Se debatía internamente y, al final, se decidió a hacerlo.

"Bueno, me preguntó si podía trabajar de cuidadora y que me pagaría 6 millones."

"¿Y...?"

"Rechacé la oferta."

"¿La rechazaste? Pero si tú y yo sabemos lo mucho que adoras a los niños, ¿por qué no aceptaste?"

"Ahí está el problema... Al principio dije que sí porque creí que cuidaría de un niño, pero estaba equivocada. ¿Te imaginas que me pidiera ser su cuidadora personal?"

"¿Y qué tiene de malo?"

"Me explicó que tendría que cuidar de él como si fuera un niño. Darle de comer, seguirlo a todas partes y hasta me dijo que tendría que bañarlo."

"Jajajaja, ¿también lo bañarías?"

"Así es, eso fue lo que me propuso y definitivamente no estoy para eso."

"Bañarlo... jajajajajaja." Annabel no pudo contener la risa. "Imagínate bañándolo y cuando llegue el momento de lavarle el... bueno, algo sorprendente podría pasar..." se detuvo, imaginando la escena en el baño entre Evidence y Rose.

"¡Te detesto, eeeeee!"

"Y yo te adoro, eeeeeh."

Las dos soltaron la carcajada.

"Rose, una vez me contaste que nunca habías visto el miembro de un hombre." Le lanzó una mirada pícara. "Entonces, ¿por qué te niegas?"

"Simplemente no estoy lista. ¡Ah! Y hablando de eso, ¿qué era ese ruido tan curioso que oí?"

"Jajajaja, ¿acaso necesitas preguntar? Estaba que ardía, así que fui a ver a Drake. Mi motor necesitaba mantenimiento. Probamos tantas posiciones. El estilo Conquistador, la vaquera, la rana, la entrada trasera de pie, el mago del pinball, la entrada trasera sentada, el perro hacia abajo... Incluso hicimos La Silla Elástica.

Es uno de mis favoritos. Algún día te enseñaré, por si acaso. La mujer se pone de rodillas (¡esto ya es emocionante!). Que se arrodille con el trasero sobre los talones y la planta de los pies en el suelo. Tú te sientas a horcajadas sobre él, de frente, con los pies apoyados en el suelo a ambos lados de sus piernas. Una vez en posición (y con su miembro o arnés dentro de ti), usa la planta de tus pies para controlar el ritmo y la profundidad. La cercanía hará que sea un momento íntimo increíble. ¿Entiendes?"

"Hoy solo te enseñaré dos", dijo ella, lanzándole a Rose una mirada cómplice y juguetona.

"El próximo se llama 'Dividir el Bambú'. ¿Sabes que a veces, tras un día agotador, lo último que te apetece es ponerte los zahones y dar una vuelta por el dormitorio? Bueno, que no cunda el pánico, vaqueras, esta posición sexual del Kama Sutra es vuestra aliada. ¡Lo digo en serio, es vuestra aliada! Empieza acostándote boca arriba y deja que tu pareja se coloque sobre ti en la posición del misionero. Luego, levanta una pierna y apóyala en su hombro, cerca de su cabeza. Mantén la otra pierna estirada en la cama. Notarás que con una pierna en alto, la penetración con un pene, dedo o juguete sexual se sentirá mucho más intensa. Si te resulta incómodo o si tus isquiotibiales no son tan flexibles como esperabas, sugiérele que se arrodille para no estirar tanto la pierna elevada. ¿Vas entendiendo?"

Rose permanecía en silencio, parecía estar en otro mundo. Todos esos nombres... se preguntaba qué tipo de posturas sexuales serían esas. No lograba articular palabra, pero seguía atenta a la conversación.

"Teníamos ganas de probar esa postura en particular, pero le dije que estaba cansada y que necesitaba venir a verte. Ese chico... ¿te imaginas que me dijo que no estaba satisfecho después de haber terminado cinco veces? Me enfadé y colgué después de hablar contigo. Todavía tengo las piernas temblando. ¿Por qué estás tan callada?

"No es nada."

"No te preocupes, con el tiempo, entenderás todas estas cosas. Drake es incansable, una verdadera máquina".

"Entonces, ¿esa era la razón por la que casi me dejas sordo? El sonido de tus gemidos era... ¡Dios mío! Mejor lo dejamos.

"Tengo hambre, voy a..."

Annabel la interrumpió.

"Espera. ¿Me estás diciendo que no vas a aceptar su propuesta? Y he oído que es muy atractivo".

"No lo haré. Sí, es increíblemente guapo. Basta de preguntas. Tengo que ir a comer algo."

Expresó ella, dirigiéndose a la cocina, mientras Annabel permanecía sentada, esforzándose por recobrar la energía que había perdido.