C1 Prólogo
Mis piernas suben uno a uno los escalones que forman parte de la escalera metálica que se mantiene pegada a una de las paredes por encima del hotel, misma que nos llevaría al techo de cristal que decoraba el salón principal dentro del mismo.
Todo lo que se puede ver desde este ángulo es verdaderamente increíble. Desde las mesas que estaban finamente montadas con un bonito centro decorativo lo bastante costoso como para pagar la liquidación de nuestro pequeño departamento, sin duda irían personas importantes a aquel evento de caridad.
A los costados de las mesas los meseros se ven perfectamente uniformados sostenían bandejas con copas de champagne y algunos cuantos bocadillos aburridos que iban ofreciéndoles a sus invitados una vez que estos comenzaban a merodear en los interiores de este elegante salón.
Más al norte un llamativo escenario se puede apreciar. Incluyendo un atril de caoba finamente liso. Estaba segura que ahí estaría el cabeza dura del idiota que despidió a mama mostrando aquella sonrisa hipócrita de beneficencia.
Por suerte yo terminaría muy pronto con su farsa de ser una persona ejemplar y honorable.
“¿Estas segura de lo que harás?” Pregunta Nat con aquella voz femenina y susurrante que me acompaña. Como toda una aventurera.
“No. Pero ese idiota se metió con mi madre y lo pagara” Escupo tomando una bocanada de aire para darme valentía. Elevo mis manos al aire mientras sostengo entre las mismas un bote con sangre de animal que me regalo mi mejor amigo Ben.
“¡Solo recuerda que es un evento de caridad!” Grita desde lo lejos, colocándose en cuclillas sobre la barda que nos separaba para así evitar ser vista por todos los presentes.
“¿Caridad?” Inquiero en tono de bufonería “Yo le mostrare lo que es ser caritativo” Bromeo entre dientes mirando como su silueta comienza a avanzar al frente del salón principal. Para darle la bienvenida a sus elegantes invitados de trajes y vestidos largos costosos.
Sin pensarlo demasiado, lo suficiente como para poder arrepentirme comienzo a verter toda la sangre de animal sobre todo su cuerpo, cubriendo desde su cabellera oscura hasta sus finos zapatos. Pero no solamente él fue el único que tomo por sorpresa lo sucedido, sino también todos los que estaban cercanos a él, a su alrededor escuchando el tintineo de su copa impactarse contra un utensilio de metal para llamar su atención. Después de eso todo terminó por convertirse en un completo caos.
