C37 36
El atardecer en la playa ese día fue precioso, brillante, lleno de mil colores. Marissa ni siquiera sospechó que así habían sido siempre; el tener a su lado a David hacía que todo alrededor volviera a cobrar vida.
Había sobrevivido al infierno, pensó con un suspiro, y ahora se preguntaba de dónde había sacado tantas fuerzas