C6 ¿Por favor?

"¡Chika! ¿Dónde te metiste?" exclamó Nikki al verme acercarme a su coche.

"Mavy y yo te hemos estado esperando más de media hora." Observó mi moño desaliñado y mi rostro sonrojado. "Diría que te lo has pasado bien", dijo con un tono juguetón.

Mavy se acercó a mí con preocupación. "Adea, ¿has estado llorando?", preguntó al notar mis ojos hinchados.

"Sí, estoy hecha un lío. La escuela me tiene agobiada." Tomé su brazo y le ofrecí una sonrisa. Ella me miró con escepticismo mientras la hacía subir al coche.

Nikki subió el volumen a tope y puso a Cardi B durante todo el trayecto a casa. Mavy y yo cantábamos "Be careful with me" con el viento jugando entre nuestros cabellos. No hay nada como un poco de tiempo entre chicas para mejorar un día pésimo. "¡Amo esta canción!" gritó Nikki cuando empezó a sonar "Press". No pude evitar reír al ver a Mavy haciendo twerk frente a la cara de Nikki.

Mi sonrisa se desvaneció al llegar a las puertas de la casa del clan. Uno de los guardias se acercó al coche e inspeccionó el vehículo antes de asentir para que el otro guardia nos permitiera pasar. "Gracias, papi", dijo Nikki enviándole un beso al guardia. Su desparpajo me hizo reír. Para ser humana, Nikki era increíblemente intrépida.

Llegamos a la entrada de la casa y Nikki nos dejó justo con unos minutos de margen antes de la cena. La casa estaba tranquila, lo que me hizo celebrar internamente al pensar que todos estaban fuera.

"¿Estás segura de que estás bien, Adea?" La mirada llena de preocupación de Mavy casi me hace llorar de nuevo.

"De verdad, estoy bien, Mave. Es solo que tengo mil cosas en la cabeza", la tranquilicé. Me mordí el labio, sintiendo cómo la culpa me invadía.

"Pues estoy deseando ver cómo Nikki te maquilla para el baile. ¿Qué tal si practicamos mañana antes de salir de compras?" Pareció convencerse y cambió de tema. Pestañeó coquetamente y me miró con ojos tiernos.

"No, de ninguna manera", dije entre risas.

"¿Porfis?", imploró ella.

"No."

"¿Y si le pones una cerecita encima?", intentó de nuevo.

"Nada."

"¿Ni siquiera con chispitas de colores?"

"Sigo diciendo que no", insistí.

"¿Qué tal si hacemos un viaje por el carril de la memoria?", propuso ella. "¿Podríamos saltar en el sofá de papá?"

Guardé silencio, fingiendo meditarlo. "Está bien, acepto", cedí finalmente, y su rostro se iluminó con una sonrisa tonta mientras me arrastraba hacia el sofá.

Saltamos durante cinco minutos completos antes de escuchar la puerta abrirse. "Mavy y Adea, bajen de mi sofá", ordenó Alpha Joshua con autoridad al entrar al salón.

"¿No creen que ya están grandes para estar brincando en el sofá?", comentó con una chispa en la mirada.

"Siempre arruinas la diversión, papá", se quejó Mavy, bajándose del sofá y cruzándose de brazos como una niña.

Alpha Joshua era un hombre de más de 1,80 metros con un cabello castaño hermoso. Su rostro no había envejecido ni un día desde mi llegada. "Les traje chocolates de la reunión de la manada, Mavy. Podrías compartirlos con Adea", nos dijo mientras se acercaba con los chocolates en mano.

"¡Qué bien! Me preguntaba qué bocadillos habría en la reunión para los Alfas. Adoro estas reuniones", exclamó ella, corriendo hacia él para recibir un abrazo.

Cada vez que hay una reunión de Alfas, sabemos que habrá dulces y comida deliciosa. Cuando éramos más jóvenes, Alpha Joshua siempre nos traía un plato lleno de delicias.

"Gracias, Alfa", expresé, de pie junto al sofá. Se acercó y me abrazó. "Huelen a machos sin emparejar", comentó frunciendo el ceño.

Él me miró con entendimiento y yo apreté los labios, evitando su mirada. "¿Ambas?" preguntó Mavy, lanzándome una ojeada. "Debe ser que se me ha pegado de Mavy, Alfa."

Los Alfas son más grandes, mejores y sus sentidos son diez veces más agudos que los de un lobo promedio. Sé que podía ver a través de mi mentira.

"Hmm..." murmura el Alfa Joshua, sumido en sus pensamientos mientras Mavy rasga la bolsa de chocolates.

"Bueno, voy a empezar con la cena. Acabamos de llegar y el sofá nos ha distraído". Suelto una risa nerviosa, ansiosa por escapar de su mirada perspicaz.

"¿No quieres chocolates?" Los ojos grises de Mavy se abren enormemente, llenos de incredulidad.

"Quizás más tarde, si es que dejas alguno", respondo entre risas.

Camino hacia la cocina cuando Mavy le pregunta a su padre dónde será el baile. "El baile se celebrará en... Desert Moon", responde él.

Ella pega un chillido y se aferra a mi brazo. "¡Podemos encontrar a nuestros compañeros, Adea!" Me tenso, temiendo que pueda oler a Shane en mí.

"Nunca vemos a los machos solteros en Desert Moon. Tienen un nuevo Alfa desde hace un par de años y papá aún no ha tenido oportunidad de hablar con él sobre una alianza."

Todos conocen al nuevo Alfa de la manada Luna del Desierto. Su padre se hizo con el control de Desert Moon por la fuerza y...

"Entonces, practicaremos y te maquillaré cuando Nikki venga a recogernos mañana". Le lanzo una mirada de soslayo.

"No empieces, Adea, tenemos un acuerdo", dice sonriendo mientras avanzamos por el pasillo. Luego, se gira hacia mí y se detiene.

"¿Adea?" Hay cautela en su voz y yo contengo la respiración.

"Sí, Mavy", susurro.

"¿Por qué...?" Sacude la cabeza y se aferra más fuerte a mi brazo.

"Da igual. ¡Ojalá ya fuera mañana por la noche!"

Exhalo un suspiro que no sabía que estaba reteniendo. "Va a ser bueno disfrutar de un rato solo entre chicas", digo con sinceridad. Hace tiempo que no salgo de casa para algo que no sea la escuela.

"Adyy", me dice Gabe al verme entrar en la cocina. "Ya empecé con el pollo, ¿te importaría picar las verduras?".

Le doy un abrazo lateral y respondo, "Claro, me encargo yo. Disculpa la tardanza." Le digo mientras tomo las patatas que están al lado del fregadero. Gabe suspira y deja de revolver el pollo. Se gira y me observa mientras comienzo a pelar las patatas.

Gabe se dirige a Mavy: "¿Qué tal va la cosa con Trent, Mave?". Mavy suelta una risita y se sonroja.

"Solo somos amigos, Gabe."

"Por lo que he visto, el sentimiento es recíproco. Solo falta que ambos lo admitan." Le dice con una sonrisa que lo dice todo.

"Shane sugirió que debería ver si Trent puede ser mi acompañante, pero prefiero que él me lo proponga". Luego me mira: "También mencionó que podría acompañarte si no tienes a alguien que te lleve, Adea".

Concentrada en las patatas, comienzo a cortarlas. "Si no te resulta incómodo que mi hermano te acompañe, claro. No hay presión."

Me giro hacia ella y sonrío: "Lo valoraría mucho." Gabe me observa un momento antes de que yo vuelva a las patatas.

La noche transcurre como cualquier otra. Gabe canta al ritmo de la música que emana de su altavoz inalámbrico y Mavy se ríe desde la mesa. Hacemos pollo, patatas y verduras salteadas. Yo pongo la mesa y me retiro discretamente antes de que llegue alguien más a cenar.