C7 ¡¡TERREMOTO!!

Mientras avanzaba hacia mi habitación, el aroma de él impregnaba cada parte de mi ser. Sentía una imperiosa necesidad de ducharme. Entré en mi cuarto y recogí lo necesario. Aunque mi habitación era algo pequeña, afortunadamente contaba con baño propio.

Abrí la llave de agua caliente y coloqué mis pertenencias en el lavamanos. Me solté el cabello del moño, me despojé de la ropa y rápidamente me sumergí en la ducha. El agua caliente me escaldaba la piel mientras revivía lo sucedido en el gimnasio.

Froté con fuerza mi cuello y pecho, intentando desvanecer aquel recuerdo. ¿Qué había sido eso y por qué lo había permitido? ¿Acaso me había gustado?

Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas, confundiéndose con el agua. Me abracé las piernas contra el pecho y me permití llorar a mares, dejando que el agua se llevara todo.

***

Desde pequeña, la lectura ha sido mi pasión. Descubrí la biblioteca unas semanas después de mudarme. El aroma de los libros capturó mi curiosidad y encontré un refugio seguro donde evadirme.

"Sabía que te encontraría aquí". Alzo la mirada y ahí está Shane, apoyado en el marco de la puerta. Con el pelo aún húmedo y vistiendo unos shorts nuevos, su camiseta blanca ceñida no deja casi nada a la imaginación.

Mavy asoma y exclama: "¡Te hemos estado buscando!"

Luego entra Devin, inclinando su cabeza para pasar. Con sus imponentes 1,90 metros, no solo destacaba por su altura, sino también por su envergadura; su pelo era castaño y sus ojos, de un marrón chocolate profundo.

Me ve y lanza una mirada cómplice a Mavy. "La hemos encontrado, gracias por la ayuda, Devin", comenta Shane.

Mavy se sienta junto a mí y dice: "Beka quería que te recordara que contestes el teléfono, Shane", mientras le dirige una mirada reprobatoria.

"Deberías tener más cuidado con quién te acuestas, hermano. ¿Qué pasaría si embarazas a alguien?" Frunce el ceño al imaginar a Beka como cuñada.

Shane suelta una carcajada y Devin me lanza una mirada. "No tengo planes de producir un heredero todavía, hermanita." Me vuelve a mirar y una oleada de náusea me golpea.

"Quería contarte que voy a nombrar a Devin como mi Beta en nuestro cumpleaños, Mavy."

Ella se lleva la mano a la boca con sorpresa y mira a Devin.

"¡Eso es una excelente noticia! Siempre has estado ahí para nosotros, Devin", dice Mavy, acercándose a él para darle un abrazo efusivo. Devin la envuelve con sus brazos alrededor de la cintura.

"Gracias, Mave", le sonríe con cariño.

Shane se aclarar la garganta y Devin se separa de ella. "Enhorabuena, Devin. No me extraña que te haya elegido como su Beta", le digo con una sonrisa.

"¿Ah, sí?" me devuelve una sonrisa pícara. "Aunque aún no es oficial, ya he empezado a echar una mano a nuestro futuro Alfa con algunas tareas. Hoy mismo estuve vigilando la puerta del gimnasio mientras él se entretenía con su nuevo 'juguete'."

Me pongo pálida. "¡Qué horror, Devin! Eso no necesitaba saberlo. Ugh." Mavy se tapa los oídos con las manos.

Trago saliva y miro a Shane. "Mi Beta está al tanto de todo", afirma.

Genial, pienso para mí. Observo cómo Shane se ríe y se acerca a Mavy, bajándole las manos de los oídos. "Ya está, ya ha terminado."

Ella le lanza una mirada asesina a Devin. "¿Podrías guardarte los detalles de las aventuras de mis hermanos para ti? No quiero saber con quién se está acostando."

Shane se encoge de hombros y dice: "Los hombres tienen sus necesidades, hermanita." Se ríe y esquiva la mano de ella que intenta abofetearlo.

"Como sea. Pero por favor, al menos sé responsable." le ruega Mavy.

Observo cómo Devin flirtea sutilmente con Mavy y no puedo evitar reírme de lo adorable que se ven. Es evidente que Devin tiene un punto débil por ella. Si no fuera por Trent, creo que entre ellos podría haber surgido algo. Cuando Mavy y yo empezamos a bostezar, el grupo se disolvió y cada uno se retiró a sus habitaciones.

Me encontré con Gabe de camino a mi habitación. "¡Ady!", exclamó con entusiasmo, envolviéndome en un fuerte abrazo.

Me quedé tensa. "Hola, Gabe", le respondí, y no fue hasta un momento después que me soltó de su abrazo de oso.

"¿Dónde te metiste? Desapareciste antes de la cena", articuló con evidente dificultad, denotando que había bebido de más.

"Perdona, Gabe, necesitaba desconectar de todo por unas horas. Me sumergí en la lectura de unos libros".

Gabe me pasó un brazo por los hombros mientras caminábamos hacia mi cuarto.

"Cuéntame, ¿a qué se debe que huelas a Shane, Ady?", preguntó en un susurro apenas audible.

Esperaba que no hubiera detectado el aroma de Shane en mí de cuando cocinamos juntos. "Me sorprende que no me lo hayas preguntado antes, Gabe". Él sonrió al entrar en mi habitación. "Creo que has tomado de más", dije entre risas mientras él se lanzaba sobre la cama.

Gabe se sentó y sacó unas mini botellas de Smirnoff de sus bolsillos. "Si no quieres hablar del tema, mejor lo ahogamos en alcohol", propuso con una sonrisa traviesa.

Horas después y tras incontables rondas de chupitos, yo también estaba algo ebria. Gabe yacía boca arriba mientras yo terminaba la última botella. Me levanté para apagar la luz y luego me lancé a la cama. Gabe gritó: "¡TERREMOTO!".

Riendo y sentada con las piernas cruzadas junto a él, le dije: "No, Gabe, solo soy yo", y le di una palmada en el brazo. La habitación giraba y sentía la cabeza ligera. Me recosté a su lado en la cama, envueltos en la oscuridad.

Aunque mi habitación era pequeña, con las luces apagadas podía ver mis estrellas que brillaban en la oscuridad en el techo. Mi cuerpo se relajó y mi mente empezó a nublarse.

Reinaba el silencio, solo interrumpido por el sonido de nuestra respiración. "¿Estás bien, Ady?", susurró Gabe, girándose hacia mí. Volteé la cabeza para mirarlo directamente a los ojos.

No logro esconderle nada. Gabe siempre ha estado presente y me conoce mejor que yo misma.

Una lágrima se desliza y cae sobre mi almohada. "Shh, shh", murmura él, girándose hacia mí. "Está todo bien, amor. Está todo bien."

Me envuelve en otro abrazo de oso, pero esta vez no me provoca escalofríos, sino que me envuelve en una sensación de calor mientras pasa su mano por mi cabello. Permito que la oscuridad me envuelva mientras me dejo llevar por el sonido de sus palabras consoladoras.