C31 Intimidad en la sala del director general
"¡Más despacio, Max! No soy un clavo que pueda atravesar los ladrillos", suplicó Gabriella entre jadeos. Su espalda podría ponerse azul si seguía golpeando la pared.
Sin decir palabra, Max movió la mano para proteger a su mujer. Entonces, con una sola sacudida, consiguió que la mujer jadeara y cesara en sus protestas. La adorable respuesta le hizo sonreír automáticamente.
"Lo disfrutaste