C49 Intimidad en la noria
"¡Vamos, Max, anímate! ¿Cuándo más puedes visitar el mercado nocturno? ¿No estás siempre ocupado con Quebracha? No hay nada de malo en divertirse sólo por una noche", exclamó Gabriella, arrastrando la mano que sostenía.
El hombre que iba un paso por detrás sólo pudo suspirar resignado. La multitud que le rodeaba hizo que la memoria diera vueltas más rápido