C9 Controlar a Gabriella
Max observó fijamente cómo el bolígrafo se deslizaba de los dedos de Gabriella. ¿No se supone que los dedos de un pianista son siempre firmes? Entonces, ¿a qué se debía el temblor en la mano de esa joven?
"¿Qué te pasa?", inquirió el hombre, elevando una ceja con curiosidad.
"No lo sé... Mis manos están descontroladas", confesó Gabriella con un hilo de voz