C15 Se trata de tu hermana
No había ningún fantasma tocando a la puerta.
Era simplemente la brisa de medianoche que hacía que la rama del árbol golpeara la ventana.
Arin e Irish dejaron de gritar al darse cuenta de que no era un fantasma.
Sus ojos se abrieron desmesuradamente, incrédulos, y se echaron a reír a carcajadas, con las lágrimas aún marcadas en sus rostros