C6 EPISODIO 6. VIVIR DISFRAZADO.

🎁🎁🎁TANNER🎁🎁🎁

Contaba mis pasos y movimientos mientras deambulaba por la sala, aguardando su llegada.

Me sentía preocupado e inquieto. Llevaba dos días sobrio y, aunque a veces lograba evitar que mis pensamientos se apagaran, se hacía difícil.

Pero ahora, mi mente comenzaba a adentrarse en territorios prohibidos. Quería escapar. Necesitaba un trago. Lo ansiaba. Era lo único que me traía paz. Lo único que me mantenía en mis cabales.

Escuché ruidos afuera y supe que tenía que ser ella. Esperé con paciencia a que entrara. Eché un vistazo al bebé, que seguía durmiendo tranquilo.

Ella entró a la casa y se acercó, noté que su rostro reflejaba emociones encontradas. Alegría. Tristeza. Temor.

"¿Qué tal la búsqueda de empleo?" pregunté con sequedad.

"Conseguí el trabajo", respondió con suavidad, acercándose a su bebé para contemplar de cerca aquella pequeña vida.

"Bien."

Sus ojos se cruzaron con los míos a través de la habitación. "No sé cómo agradecerte... No encuentro las palabras para expresar mi gratitud por todo esto..." dijo, gesticulando a su alrededor.

"No es nada", respondí con voz firme y cortante. Le eché un vistazo rápido antes de girarme hacia la puerta, dispuesto a marcharme.

Me dirigía en silencio hacia la salida cuando la escuché hablar. Su voz era baja, pero capté cada palabra.

"¿Nos... nos volveremos a ver?" preguntó con timidez.

Guardé silencio por un momento, debatiendo qué responder. Estuve a punto de decir que sí, pero podría estar mintiendo. Ella necesita seguir adelante. Necesita poder cuidar de su hijo sin distracciones ni preocupaciones.

"No", dije con firmeza.

Silencio. "Oh", susurró finalmente.

"Cuida de ti y de tu bebé. Esta será la última vez que nos veamos, así que mantente a salvo. Adiós, señora", dije, saliendo a la calle en busca de olvido en el fondo de una botella.

Más cervezas. Sin preocupaciones.

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DOS MESES DESPUÉS.

🔥🔥🔥LUDALE MACCULLY🔥🔥🔥🔥

Esta chica juega con fuego y no sabe nada, pensó él.

Siempre se había mantenido impasible ante sus intentos de fuga, y por eso ella seguía intentándolo. Estaba impaciente por tenerla entre sus manos.

Al mirar su habitación, me entran ganas de decapitarla. ¡Oh! Definitivamente, estaba jugando con fuego.

Después de todas las concesiones y propiedades que les había entregado, así es como su hija decide recompensarlo.

Él tenía todo el derecho de hacer lo que quisiera con ella. Fue comprada y pagada... ¡y aún se sigue pagando! Es su propiedad.

Su madre, Doreen, se va de compras como si fuera la dueña de mi dinero y su padre se ha convertido en propietario gracias al matrimonio de su hija conmigo.

Nunca les importó su hija y a él le importaba aún menos, porque no era su responsabilidad mostrarle amor.

Nunca la amó; solo disfrutaba violándola y golpeándola cada vez que tenía la oportunidad.

Cerró el puño al recordar aquel golpe leve e inofensivo que le propinó, lamentando no haberla hecho desmayar y suplicar por su misericordia.

¡Oh! Jasamina, estás acabada.

En cuanto ponga mis manos sobre ti, me aseguraré de drenar toda la sangre de tus venas.

¿Cómo es que aún no la han encontrado? Tomó su teléfono y llamó a la policía; al primer tono se estableció la conexión.

"Comisaría de policía", respondió una voz masculina y ronca.

"Es el congresista, Ludale McCully", dije perdiendo la paciencia.

"Oh. Buenos días, señor."

"No hay nada bueno en este día, señor comisario. ¡Mi hijo y mi esposa siguen desaparecidos!"

Escuchó al hombre despejarse la garganta. "Sí, señor, continuamos con la búsqueda de su esposa, pero no ha sido una tarea sencilla. Las dos últimas llamadas que recibimos sobre su esposa resultaron ser bromas y la única pista prometedora provenía de una tienda de comestibles, pero nos informaron que su cámara de seguridad lleva meses sin funcionar", explicó el comisario, con un evidente temor en su voz.

Ludale bufó con desdén. La misma historia de siempre.

"Señor Comisario, no espero escuchar esta misma historia la próxima semana; mi paciencia se ha agotado. ¿Qué clase de sargentos incompetentes tiene en su equipo? Solo le pedí un pequeño favor y ya se está demorando demasiado. Usted sabe perfectamente el caos que puedo desatar si no encuentran a mi esposa, que está enferma mentalmente, y a mi pobre bebé".

Colgó el teléfono, harto de escuchar al inútil comisario.

Esa chica, Jasamina, me ha hecho quedar como un idiota y ha manchado mi nombre, convirtiéndome en el chisme de todo el maldito pueblo.

"Te voy a destruir", pronunció en voz alta hacia la habitación vacía, con una mirada ardiente. "Te castigaré hasta que desees estar en el infierno y, después de que todos mis hombres te hayan violado, suplicarás por piedad, pero no recibirás ninguna. Besarás mis pies y lamerás el suelo por donde he caminado".

¡Maldita desagradecida!

🎁🎁🎁JASAMINA🎁🎁🎁

Clasificar los libros en sus respectivos lugares numerados no fue una tarea fácil, pero me sentí completamente satisfecha con el resultado.

Jaime se había convertido en un bebé maravilloso desde que comenzó a alimentarse adecuadamente; había crecido hermoso y su piel ahora era más clara y tersa. Su alegría me llenaba de felicidad, al menos me reconfortaba saber que había tenido la valentía de huir, porque de no ser así, mi bebé no estaría bien alimentado y mi leche materna se habría agriado, impidiéndole comer adecuadamente.

Subí por la escalera de madera y coloqué los libros en su sitio correspondiente antes de descender para buscar más, cuando una de nuestras clientas habituales entró. Me acerqué a ella con gracia para atenderla.

Era una mujer de figura robusta y parecía amable, pero eso no me importaba demasiado. Todos pueden parecer amables, pero el único que realmente lo fue conmigo es el enigmático borracho.

"Buenas tardes, señora", la saludé con cortesía, siempre con mi nueva sonrisa característica a la vista.

"Oh, Mina, ¿cómo estás?" preguntó ella, sonriendo como era su costumbre. A veces me pregunto si acaso tendría alguna preocupación.

Decidí acortar mi nombre a Mina en lugar de Jasamina para evitar ser reconocida.

"Estoy bien, ¿y qué libro te gustaría leer hoy?" cambié de tema rápidamente.

"Ah, pues hoy no necesito ningún libro, solo vine a devolver estos", dijo mientras me entregaba los libros y se giraba para irse, pero luego añadió: "Y gracias, disfruté mucho tu recomendación", se despidió y se marchó.

Regresé a mis tareas y retomé el trabajo donde lo había dejado. Mis pensamientos se deslizaron hacia los recientes acontecimientos.

En los últimos dos meses, muchas cosas habían cambiado: me teñí el cabello de negro a rubio y comencé a vestir a Jaimie como una niña pequeña, diciéndole a todos que su nombre era Mia.

Ahora éramos Mina y Mia. Sonaba bien.

Todo este disfraz era para evitar ser encontrada. No quería que se me asociara con Jasamina McCully ni a mi bebé con Jaimie McCully.

A veces, mi mente divagaba preguntándose qué sería del borracho después de ofrecernos su casa. Me preguntaba dónde se alojaría o si seguiría vagando por las calles. Supongo que lo segundo.

Fue una bendición disfrazada tanto para mí como para la pequeña Jaimie. Si él no nos hubiera ayudado, no sé dónde estaríamos ahora. Probablemente, de vuelta en las garras de mi malvado esposo, Dale.

De no ser por aquel borracho, habríamos perecido de hambre y mi pecho ya sería un recuerdo lejano de sustento para mi bebé.

"Espero que te encuentres bien, dondequiera que estés", susurré, pensando en el borracho.

Observé a mi pequeño durmiendo plácidamente en su cuna y esbocé una sonrisa serena. Nos las arreglaremos para seguir adelante, me comprometí internamente antes de retomar mi tarea de organizar libros.