C133 No Promises
Me metí en su cama y me tumbé bajo su manta. Esta cama huele a él y me resulta tan reconfortante y segura. Reiner apagó las luces y la habitación quedó en penumbra, salvo por la luz que entraba por la ventana desde fuera. Cerré los ojos y me esforcé por dormirme. Reiner tenía razón, podemos arreglar este lío mañana cuando, con suerte, estemos menos cansados que ahora