C232 Errand Girl
Me conocía tan bien a mí y a mi cuerpo. Mi cuerpo ardía más y más mientras él me cabalgaba, y sentía que podía derretirme por el calor. Gritaba tan fuerte que mi voz sonaba ronca, y me empezó a doler la garganta.
La sensación de la dura polla de Edward dentro de mí me acercaba cada vez más al clímax. Las paredes de mi coño se apretaban y temblaban alrededor del grosor y la longitud de su polla y