C62 Capítulo 62
"No grites. Soy yo, princesa", me susurró el hombre al oído con voz jovial.
Cuando mis ojos se adaptaron lentamente a la oscuridad y recobré el sentido, reconocí al dueño de aquella voz y el rostro que ahora estaba tan cerca del mío.
¡Edward! ¿Cómo ha entrado en la mansión a estas horas? ¡¿Cómo ha entrado en mi dormitorio?!
"No hagas ruido, ¿vale? Voy a soltarte la boca"