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La expresión de Blake fue para la historia cuando ella se negó a permitirle hacer lo que él proponía. Se enfureció aún más cuando ella le advirtió que, si insistía, rompería su acuerdo. Entonces, soltó una sarta de maldiciones, se puso la camisa y salió de la habitación dando un portazo. Ella no pudo evitar sonreír con satisfacción una vez que él desapareció