El Joven Guardaespaldas/C7 "Un sábado muy domingo".
+ Add to Library
El Joven Guardaespaldas/C7 "Un sábado muy domingo".
+ Add to Library

C7 "Un sábado muy domingo".

- Abajo esta Caro, quería verte.

Comenta refiriéndose a nuestra prima.

May: ¿Qué hacés en mi cuarto infumable?

- Ah pero que buena onda che. Te vengo a despertar y en vez de agradecerme me bardeas.

May: Es obvio que no viniste por eso, sino que me necesitás para algo. Si apenas te importa que tu hermana esté viva.

Él no dice ni hace nada además de desviar su mirada. Suelto una pequeña risa, esperando escuchar algo de su parte, pero veo que eso no pasará pronto.

May: Bueno decime.

Se despeina un poco el pelo.

May: ¿PODÉS HABLAR DE UNA...

Oliver (me interrumpe): Bueno me gusta una chica.

May: ¿Qué?

Oliver: Si...bah, creo que estoy enamorado, no sé si...

May (lo interrumpo): ¿Qué estás qué?

Digo para comenzar a reír a carcajadas.

Oliver: Por primera vez te hablo de algo serio y vos te hacés la boluda.

May (río): Bueno ¿qué querés que haga? ¿Que te felicite?

Oliver: No, que me ayudes.

May: ¿En qué? Estoy segura de que la chica que te gusta me va a caer mal. Porque todo lo que a vos te gusta yo lo odio.

Oliver: Yo no diría eso.

May: Si claro, como sea.

Abandono la cama, pero el permanece en su lugar como si nada.

May: ¿Te podés ir? Me tengo que cambiar y.…de paso olvidate de esa costumbre de entrar a mi cuarto así porque sí.

Oliver: ¿O sea que no querés saber de quién hablo?

May: No me interesa. Ni la debo conocer así que...

Oliver (me interrumpe): La conocés.

May: ¡Ay que emoción! (Digo con entusiasmo y el me mira irónico). Ahora te vas.

Suspira y se pone de pie, dirigiéndose a la salida. Una vez que sale y desaparece, me acerco a esa puerta blanca y la cierro, dejando que solo los pequeños cuadrados de vidrio blanco reflejen las sombras que se encuentran del otro lado de ella.

Oliver: Igual la vas a ver cuándo bajes a desayunar.

Abro la puerta de un tirón y me inclino sobre su Oliver, viendo como él se aleja por ese largo pasillo que desenlaza en las escaleras.

May: ¿Qué te enamoraste de tu primita pedazo de pedófilo?

Lo escucho reír en el segundo que para de caminar. Se voltea, niega con la cabeza y se va. Bufo y entro a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí. Bajo veinte minutos después, llevando un short de jean oscuro, algo desgastado, una camisa cuadriculada en los tonos de azul y rojo, algo remangada y unas zapatillas cómodas.

Precisamente cuando entro a la cocina veo a mi padre poniéndose su saco y planeando irse. Sonríe al pasar por mi lado y se va. Mamá me dirige un guiño disimulado. No me es difícil notar como ella se emociona por cualquier acercamiento u oportunidad que tengo con papá, deseando que finalmente nuestra mala relación acabe. Lo que me frustra es que no haga nada al respecto o que, si tiene que defender a alguno cuando hay discusiones, siempre sea el, aunque quizás ni siquiera escuchó la conversación completa o ni tiene idea de que es lo que en realidad pasó. Él, por su parte, trata de acercarse a mí, hacer las paces y respeto eso, pero poco después haber hecho algo bien o haber logrado algún avance en nuestra relación, vuelve a cometer el mismo error, optando por decisiones que sabe perfectamente que no me agradarán, cuyo ejemplo más reciente es la estúpida idea de contratar a Samuel solo para ir en contra de mi voluntad y llamarme histérica o caprichosa.

Me uno a la mesa, donde además de mi madre, también se encuentra mi hermano, mi prima, quien me abraza amablemente al verme y Mía, que parece haber despertado hace poco, ya que no para de frotarse los ojos o bostezar. Luisa prepara algo a pocos metros de nosotros.

Ya son casi las cuatro de la tarde cuando veo mis pies flotar por delante de mí, lo cual me relaja bastante. Mía se encuentra al lado mío, pero permanece quieta. Sin dudas, me encuentro en el rincón que más amo de la casa. Lo construyó papá cuando recién nos mudábamos a este lugar. Yo tenía cuatro...quizás cinco años y por las tardes siempre andaba dando vueltas por esta zona. En ese entonces él no era como aparenta ser ahora. Recuerdo que contaba las horas, esperando que llegara y saltaba hacia el cuándo lo veía atravesar esa puerta, que no se parecía ni un poco a la lujosa de ahora. De hecho, la casa en sí no tenía nada de fascinante ni innovador como ahora, solo una pareja joven y sus dos hijos, viviendo una vida limitada pero feliz. Este lugar es lo único que quedó de esas épocas. Una antigua hamaca de madera construida por la persona que más admiraba en ese momento, a quien ahora ni siquiera recuerdo cuando le dije "te quiero" por última vez. El único escondite que quedó de mi infancia, donde suelo desaparecer, distrayéndome de mi vida por unos minutos mientras me balanceo sobre estos trozos de madera blanca, cuya pintura se desgastó hace ya muchos años.

Mía: Pablo nos invita a "Marea Roja".

Comenta con sus ojos fijos en la pantalla de su celular.

May: ¿El bar de la playa?

Mía: El mismo.

May: No tengo muchas ganas de ir, pero...

Mía: Dice que también vaya Oliver.

May: Bue, ya la tenía que cagar.

Mía (ríe): Vamos dale, no seas ortiva.

May (suspiro): Voy a buscar al infumable y vuelvo.

Ya estamos por dejar la casa cuando escucho la voz de mamá, preguntándonos si saldremos. Insisto miles de veces, pero no logro convencerla de que no es necesario que nos lleve Samuel, ya que voy con mi hermano y no sola. Bufo y salgo de casa, cerrando la puerta de un portazo como si quisiera derrumbar todas las paredes. No quiero volver a verlo, no ahora, no después del misterioso sueño que tuve en el que básicamente él era el protagonista.

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height