C8 Gracias por no matarme
La llamada a la puerta de su oficina llegó antes de lo que Vin esperaba. La robusta puerta de madera se entreabrió y Callie entró descalza. Todavía vestía la camisa de Vin que Ella había hallado en su armario la noche anterior.
Era pequeña y sus rasgos faciales irradiaban inocencia y delicadeza. Soren le había mencionado que tenía veinticuatro años