C14 Capítulo 14

Al mes seguiente tengo que volver, hay exámenes que tengo que hacer presencial y no puedo dejarme ir, mis notas han bajado un punto y no puedo permitirlo.

Vuelvo a casa sin haber hablado con nadie, solo con mi padre y Mathi.

Al llegar veo a mi padre mucho más delgado, sé que se culpa por el accidente, pero también sé que no fue su culpa si no del otro conductor.

Cenamos los tres, y miro la silla vacía de mi madre y no puedo evitar llorar.

- Papa, creo que empezaré a quedarme en mi piso. ¿Te importa?

- Claro que no bichilla, pero prométeme que vendrás almenos una vez ala semana.

Y se lo prometo al día siguiente pongo algunas pertenencias mías en el coche preparo mis libros y me voy a la universidad, recojo a Lía que no sabía que había vuelto.

- Lua. - dice sorprendida.

Corre a abrazarme.

- Estás más delgada. - me dice.

Yo fuerzo una sonrisa.

- Y tu más guapa.

Al llegar a la universidad mis amigas me abrazan y dicen lo cuanto me hechaban de menos.

- A partir de hoy me quedaré en mi piso, así que os pido que ya no vayan a ya saben...

Ellas sonríen y asienten.

- ¿Ya has visto a Brais?

Niego con la cabeza. ¡Brais! He pensando tanto en él. Entonces escucho.

- ¿Pequeña?

Y al mirar veo sus ojos, están tristes, nos abrazamos, como hechaba de menos esos brazos.

- ¿Estás bien? ¿Cuándo has vuelto?

- Estoy bien - Miento - llegue a noche.

- Me he vuelto loco llamándote. - dice mientras me vuelve a abrazar.

Entonces siento como una chica pasa por nuestro lado y grita.

- Brais ¿Quedamos esta noche?

Me separo de él, yo lo heche de menos, necesite tiempo, pero lo heche de menos y él ya me reemplazo por otra, entonces me separo, miro sus ojos. Y me doy la vuelta.

- Pequeña. No es lo que tu crees.

- ¿Qué es lo que creo? Me fui un mes, no te llamé, no conteste tus mensajes y entiendo que tu rehagas tu vida.

- Pequeña.

Empiezo a llorar en silencio, Brais agarra mi cara con sus manos y me besa en los labios, como la primera vez, me da un mordisquito en el labio inferior y mis labios inconscientemente se abren a du beso, había olvidado esa sensación de nuestros labios juntos.

- Te he esperado, Pequeña. ¿Recuerdas lo que te dije ese día? - niego porque he querido borrar casi todos los recuerdos de ese día - que te quería, te quiero y eso no ha cambiado en un mes, te espere porque sabía que volverías.

Entonces miro dirección a la chica que acaba de pasar.

- He estado dando clases, solo eso.

- ¿Qué tipo de clases?

- Nuestro tipo de clases solo las he reservado para ti y siempre será así Pequeña.

Asiento, y fuerzo una sonrisa.

- ¿Nos vemos esta noche?

- Me mudo a mi piso, estaré allí.

Brais arquea una ceja.

- Lo hablamos luego. - El me sonríe - Brais, siento mucho haberme alejado así, pero lo necesitaba.

- Lo entiendo, pero espero que la próxima vez que necesites un tiempo recuerdes que hay gente además de tu padre y tu hermano que te necesita y también necesita saber que tu estabas bien, pero no te preocupes tu padre y tu hermano me han mantenido al día.

- Tengo clases ahora, nos vemos a la seguiente.

- Lu, tenemos las mismas clases.

- He cambiado a matemáticas avanzadas, mi nota me lo permitía y así me ayuda a cuando termine periodismo, haga empresariales.

- ¿Cuándo lo hiciste? - pregunta sorprendido.

- Llame hace dos días y pedí el cambio. - veo su desconcierto - Luego te paso ubicación del piso, al salir de aquí tengo que ir por el super no tengo nada allí, así que tardaré.

- ¿Van todos?

- No, les pediré que hoy nos dejen solos, te he hechado de menos, y podremos ver una película, y comer algo los dos tranquilos y tenemos que hablar.

¡Uau! Su sonrisa ha vuelto de golpe, sus ojos dejan de estar tristes, se lo que piensa.

- Brais, solo eso. No empieces a imaginar.

Pone su sonrisa picarona, me da un beso en los labios y se va.

Esa noche llega sonriendo, me da un beso, le enseño el piso.

- Es grande para ti sola, ¿Porqué lo haces?

- A noche estaba cenando con mi padre y mirando la mesa sentí la falta de ella, aun no he aceptado su partida y estar allí sin verla me duele.

Brais me besa y yo me dejo, hechaba de menos sus labios.

Cenamos y ponemos una película.

- Pequeña, dentro de tres semanas es Navidad, y me iré con mis padres a Galicia, ¿Tu quieres venir?

Y esta es una primera vez más dolorosa, la primera Navidad sin mi madre, sin la alegría, sin la que nos hace esa cena especial, ese dulce que se llevó la receta, recuerdo verla el año pasado preparándola y me dijo que este año me daría El ingrediente secreto, vuelvo a llorar.

- No puedo dejar a Mathi y mi padre solos, Mathi también lo ha pasado mal y mi padre, el pobre se culpa del accidente, sabiendo que ha sido culpa del otro conductor.

Él me abraza, nos miramos a los ojos, y nos volvemos a besar, con mimo, paciencia, siento como las manos de Brais se mueven por mi cuerpo, me estremezco, sus besos van a mi cuello, sube hasta mi oído.

- Te heche mucho de menos Pequeña.

Miro la hora la una y treinta y siete de la mañana, desde que murió mamá, no duermo más que tres horas así que me dejó mimar por Brais. Me da un mordisquito en la oreja, como una corriente corre por mi cuerpo, me quita la camiseta y yo le quito la suya, desabrocho su pantalón, se lo que quiero hoy, y esta vez quiero llegar al fin.

Su pene empieza a hincharse noto, cuando acaricio esa parte como se agrande, sonrío, le quito el bóxer, el vuelve a besarme, me mete la mano dentro del pantalón y me toca por encima de mis bragas, siento el calor de su mano justo en mi entrepierna, me quita las dos cosas con sumo cuidado y otra vez estoy desnuda frente a él.

- Quiero llegar hasta el final. - Le digo antes de que pregunte.

Brais me coge en brazos yo rodeo con mis piernas su espalda, y me recuesta en el sofá, se apodera de mi boca, vuelvo a notar sus manos en mi clítoris y varios gemidos salen de mi boca.

- ¿Estás segura?

Asiento, sé lo que quiero hoy, lo necesito a él.

Y otro teléfono empieza a sonar, justo en el momento, esto parece de chiste, su teléfono suena, lo tiene encima de la mesa y miramos la pantalla los dos.

" Mirella"

¿Quién coño es Mirella? Y lo peor ¿Porqué lo llama tan tarde"

Vuelve a sonar ahora un mensaje de la misma Mirella y juro que evite mirar pero no pude contenerme.

" Hola bombom, dentro de unas semanas estarás aquí, tengo ganas de verte y pasarlo también como antes"