C15 Capítulo 15
Me lo quito de encima.
- Pequeña.
Pero le miro furiosa. Recojo mi ropa y me meto en el baño, me visto calmadamente.
Al salir él también se ha vestido.
- Vete Brais. Es tarde.
Él niega con la cabeza.
- No, hablemos.
- No hay nada que hablar "Bombom" - digo esta última palabra con sorna y enfado.
- Pequeña. - me regaña.
- Brais no me digas Pequeña cuando estoy enfadada contigo, y más cuando acabo de ver el mensaje que te acaban de enviar.
- Este mensaje no significa nada.
- Vaya que no. - resoplo.
- Es una amiga de Galicia.
- Hasta ahí llegue, y una amiga que tiene muchas ganas de pasarlo bien contigo.
- Yo ya no soy el mismo de antes, he tenido muchas amigas de cama, pero nunca una novia y tu eres la primera.
- ¿Te has acostado con alguien mientras has estado conmigo? - pregunto con miedo.
Se que no le he dado lo que necesita, y mi miedo a que haya buscado eso en otra me empieza a aterrar más de lo que quiero.
- Desde que he dicho que éramos novios a mi hermana no he estado con nadie.
- ¿Y ese mensaje a que vino? Son casi las dos de la mañana Brais.
- Porque llevo sin hablar con ella desde que vine, y se abra enterado que vuelvo por navidad, pero yo te respeto, lo he hecho siempre. Y si tuviera algo con alguien de allí no te pediría que me acompañaras, piénsalo. ¿Porqué no confías en mi?
- Tienes razón, es tarde, me voy a dormir.
- Pequeña.
- Brais, tienes razón, tengo que confiar en ti, me has demostrado que estás aquí para mi, pero es tarde.
- ¿Puedo quedarme contigo?
- ¿En mi cama? - achino mis ojos ante esta pregunta.
- No te tocaré te lo prometo.
- Brais, desde que pasó lo de mi madre no duermo muy bien y no quiero que tu duermas mal como yo.
- No te preocupes cariño, quiero dormir contigo.
Y vuelvo a tener otra vez la misma pesadilla, mi madre me mira con ojos acusadores, y niega con la cabeza, y solo me dice me has decepcionado Luana, y cuando quiero abrazarla se desvanece.
Despierto sobresaltada y dando un grito llamando por ella.
Son las cuatro y cuarenta y cuatro de la mañana.
Brais se despierta y me abraza.
- Venga cariño es solo una pesadilla.
Lo dice susurrando a mi oído y recostandome en su pecho, me acaricia el pelo y posa un beso en él.
- Mi madre es psicóloga lo sabes, si necesitas hablar con ella.
- Lo sé me lo dijo el día del entierro, pero aun no estoy preparada para hablar de ello.
- Sabes que tienes mucha gente que te quiere.
- Brais, el sábado hablaré con mi padre de lo nuestro y si mi padre no lo acepta...
Él no quiere seguir escuchando, me hace callar con su dedo.
- Shh.. no digas nada, tienes que contárselo y si necesitas que te acompañe me lo dices.
Le beso, me apetece y lo hago, y lo sorprendo sé que él no espera mi iniciativa, nuestros besos terminan por ser más profundos y cuando nos damos cuenta, estamos desnudos los dos y la boca de Brais entre mis piernas, yo jadeando y sacando gemidos de mi garganta sin poder evitarlo, noto la sensación ya conocida para mi, y termino gritando de puro placer, Brais sigue chupando, y más pronto que tarde sin haberme recuperado aún de un orgamos vuelvo a jadear.
- Brais, hazlo.
Él me mita con sus ojos marrones dilatados, su mirada hay fuego.
- Hoy no cariño. - me susurra al oído. - solo quería que te relajaras, no quiero que te sientas obligada.
- ¿Te acuerdas la primera vez que me masturbaste en tu coche?
- Como olvidarlo - sonríe.
- Pues me dijiste que solo perdería la virginidad cuando yo te lo pidiera. - El asiente pero veo confusión en su mirada. - Te lo estoy pidiendo.
- ¿Estás segura? - Asiento - cariño una vez dentro no se si podré parar.
- Hazlo. - Espero que no suene ningún teléfono.
Brais baja con su boca otra vez hasta mi humedad, y unos minutos después estoy jadeando otra vez, sube por mi cuerpo besandome, se mete un pezon en la boca y lo chupa, noto su erección justo entre mis piernas, esta dura, muy dura.
- Te quiero muchísimo Pequeña. - me susurra al oído.
Y noto como empieza a abrir camino con su erección.
¡Calor!
¡Placer!
¡Dolor!
Doy un grito. Brais se para. Me besa, noto como esta dentro, dolor hay dolor.
Brais se mueve y lentamente vuelve a entar en mí. Sin dejar de besarme entra y sale lentamente y empiezo a dejar de sentir ese dolor empiezo a sentir placer y nuestros besos empiezan a ser más desesperados.
- ¿Ya no te duele?
Niego con la cabeza después de gemir.
¡Placer! Esto es lo que siento ahora mismo, no quiero que pare Brais sale y entra despacio y cuando sube un poco de intensidad subo a los nubes y el climax llega antes de lo que quiero.
Brais se sale y se termina corriendo encima de mi barriga.
¡Qué asco!
- Lo siento pequeña. - Susurra. - ¿Estás bien?
Asiento y sonrío.
- Dímelo con palabras.
- Estoy bien. Pero esto - señalo a mi barriga- es asqueroso.
Brais me coge en brazos y me da un beso en la boca.
Vamos al baño abre la ducha y nos metemos los dos, coge una esponja y me limpia.
- Deberías haber usado condon. - susurro.
Brais mira arriba, me lava también mis piernas y mi sexo, al sacar la esponja veo algo de sangre.
- ¿Y esa sangre? Aún no me toca la regla. - digo asustada.
- No te preocupes es normal.
Vuelve a besarme.
- ¿Sabes que ahora eres toda mía verdad? - dice sonriendo pegado a mi boca.
- Sabes que lo he sido desde el primer día que me robaste un beso.
- ¿Te gustó lo de antes? - Yo asiento.
- Pues lo que vamos hacer en esta ducha te va a flipar.
- ¿Tienes ganas de más? Le pregunto asombrada.
- Hay Pequeña, lo de la cama no fue nada, ahora disfrutarás del sexo y esto será una pequeña muestra.
Noto como se vuelve a empapar mi vagin a y no precisamente por el agua de la ducha.
¡Calor!
¡Calor!